Hay labiolectores que comprenden con facilidad al orador, tanto en una posición de perfil, como en los laterales, sin embargo, en ocasiones existen dificultades de la lectura labial que se acrecientan al desconocer el tema de la conversación, es decir, cuando no existe una anticipación, y al distanciarse fisicamente.
La lectura labial es la capacidad del interlocutor para interpretar aquello que manifiesta el orador. Sinónimos de ésta expresión son: labiología, labiomancia, lectura oro-facial.
En un principio el niño/a sordo/a no percibe con exactitud el modelo articulatorio. La información precisa de los movimientos de la boca, no superan un 25%. Por ello, necesitará preparar, acondicionar cada uno de los órganos fonoarticulatorios y también ejercitar el sentido visual, táctil, kinestésico, vibratorio.
Hay labiolectores que comprenden con facilidad al orador, tanto en una posición de perfil, como en los laterales.
Las dificultades de la lectura labial se acrecientan al desconocer el tema de la conversación, es decir, cuando no existe una anticipación, y al distanciarse fisicamente.
La realización de cada secuencia articulatoria, corresponde a una posición establecida, de los órganos puestos en movimiento, así como también a la posición de las cuerdas vocales, y a la emisión del soplo.
No todos los movimientos son visibles. Ello ocurre con /t/ y /d/ que son de idéntica posición. La diferencia radica en que en el fonema /d/ las cuerdas vocales vibran y en la /t/ no lo hacen.
Las vibraciones pueden percibirse al colocar la mano en la garganta. Al vocalizar la /i/ , las vibraciones resonarán en el mentón, en el labio inferior y en la parte superior de la cabeza.
Algunos fonemas son polivalentes, es el caso de: /p/, /b/, /m/ - /f/, /v/. Visualmente son similares, al niño/a sordo/a, al inicio le resulta dificil reconocer las diferencias.
El desarrollo de algunos fonemas posibilita la aproximación a otros, por ejemplo: /i/ deriva de /e/, /p/ puede trasformarse en /t/ y /c/.
Las estrategias presentadas intentarán que el niño/a logre:
- Dominar la respiración natural del habla.
- Articular los fonemas correctamente.
- Adaptar su volumen.
- Diferenciar entre fonemas, sílabas, palabras, frases.
- Aplicar la acentuación oportunamente.
- Producir una ritmización adecuada.
Referencias
Instituto Oral Modelo. Programa de enseñanza del lenguaje. Ed. Ares. Buenos Aires, Argentina.
Morkovin, E. Rehabilitación del niño sordo. Ed. Prensa Médica Mexicana. Mexico DC, México.
Alpiner y otros. Háblame. Ed. Panamericana. Buenos Aires, Argentina.1980.
Aroca Rozalem. Método para dar la palabra al niño sordo. Ed. Instituto Médico panamericano. Madrid, España.