Si hablando de diversidad, uno de los componentes a analizar es la multiculturalidad, por qué no entender este concepto desde la perspectiva de análisis de las familias y su relación con las escuelas.
Pedagogía de la diversidad: las familias, diversas.
Cuando hablamos de familia dentro del ámbito escolar, nos hacemos a la idea de una familia con ciertas características. ¿Existen esas características tal cual las poseemos en el imaginario docente?. Puede que alguna de ellas sí, pero no como elemento modélico estanco a tener en cuenta. Desde el ámbito pedagógico se le da suma importancia a la participación de las familias en el aprendizaje de sus hijos en la escuela. Como docentes, ¿cómo lo hacemos?: en el mismo sentido que debemos hacerlo al atender la población diversa que albergamos en las aulas a diario.
Se puede discutir y mucho al respecto y sobre todo si la diversidad de alumnos también es diversa en sus Necesidades Educativas Especiales.
La dificultad en la interrelación escuela – familia puede estar dada en principio por las expectativas que cada uno de esos padres tiene respecto de la enseñanza que la escuela le dará a esos niños o niñas, de los contenidos que tratará de enseñar y los que indefectiblemente los niños deberán aprender; asimismo se da esta situación con los modos en que la escuela imparte dichos contenidos. De igual modo se observa a través de la experiencia cotidiana, que estos aspectos también hay que tenerlos en cuenta en la juventud de aquellos alumnos que continúan su trayecto escolar en niveles más avanzados y de educación permanente.
Si hablando de diversidad, uno de los componentes a analizar es la multiculturalidad, por qué no entender este concepto desde la perspectiva de análisis de las familias y su relación con las escuelas. Podemos hablar de multiculturalidad familiar; conocer qué aspira, qué quieren o desean, el imaginario que los envuelve respecto de la educación de su hijo/hija, en fin conocer cuál es su cultura como primera institución social y tomar desde la escuela los elementos necesarios que harán a una mejor adaptación a las necesidades de ese niño/niña.
En este sentido es necesario destacar que, como profesionales de la educación no hay que dejarse llevar por una jerarquización falsa de la cultura familiar, sino tener en cuenta que cada familia es diferente a otra, no encerrarlas así en un ideologismo de desigualdad y valorar lo que cada uno aporta para enriquecer y mejorar las metas que escolarmente nos proponemos respecto de los alumnos atendidos.
Hablamos por consiguiente de una “pedagogía centrada en el que aprende, así como en la formación del que enseña, con capacidad para no generar segregaciones institucionales. La clase escolar es concebida en su diversidad y considerada como el espacio privilegiado por excelencia para la expresión y el desarrollo plenos de la educación con, en y para la diversidad.” (1)