Estado de restricción del metabolismo energético cerebral producido por una disminución del flujo sanguíneo cerebral. La isquemia cerebral provoca una alteración progresiva de la actividad neuronal, produciendo un daño neuronal irreversible y consecuentemente la muerte. En las primeras fases de la isquemia se observan diversas alteraciones en la electrofisiología cerebral: disminución de la amplitud y enlentecimiento de las señales electroencefalográficas espontáneas, y disminución de los potenciales evocados somatosensoriales. A medida que la isquemia progresa se producen el fallo y silencio eléctricos. No todas las regiones cerebrales presentan la misma vulnerabilidad frente a la isquemia, por lo que el desarrollo de muerte celular e infarto puede tardar horas.