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¿Dónde están las niñas con altas capacidades?

El 10 % de la población mundial tiene altas capacidades, una dotación que se da por igual en hombres y en mujeres. Sin embargo, la detección de chicas con altas capacidades aún es muy inferior a la de chicos. Muchas de estas niñas y adolescentes pasan inadvertidas, lo esconden para no destacar y no ser rechazadas por el grupo, por lo que se quedan sin la oportunidad de recibir una formación especializada y adaptada a su potencial.

"Las niñas tienden a ocultarlo. La inteligencia femenina no ha estado bien vista durante mucho tiempo, existía este estereotipo. En nuestra cultura lo de destacar en inteligencia, matemáticas y ciencias no ha estado bien visto y ellas tratan de disimular y adaptarse al medio"

No existe una inteligencia distinta para hombres y para mujeres: "La investigación dice que el 10 % de la población mundial tiene un perfil de alta capacidad, pero no inciden ni la variable género ni la variable cultura. Es potencial bioléctrico, potencial del cerebro, y la electricidad no entiende de género", asevera el director del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica Específico de Altas Capacidades de la Comunidad de Madrid, Javier Bornez.

La ciencia ha demostrado que la inteligencia se reparte igual en los cerebros masculinos y los femeninos, coincide Sanz Chacón: "La inteligencia es exactamente igual, es un rasgo genético al igual que los ojos azules o el pelo negro. Es cierto que han brillado más los hombres que las mujeres, pero no por inteligencia, sino por oportunidades".

Entonces, ¿por qué se detecta mucho menos la alta capacidad en las chicas? Ellas son menos del 35 % del alumnado que acude al programa de enriquecimiento educativo para alumnos de altas capacidades (PEAC) de la Comunidad de Madrid (de un total de 2.647 alumnos) y a la consulta de Sanz Chacón llegan tres chicos por cada chica con alta capacidad.

La psicóloga precisa que ni el colegio ni los padres son capaces de detectar esta inteligencia en las niñas como sí lo hacen en los niños: los progenitores muestran una mayor preocupación por la educación de sus hijos que de sus hijas y ellas "dan menos motivos para la intervención de un psicólogo". Mientras los niños con alta dotación intelectual se sienten excluidos, se aburren en clase, son víctimas de acoso, muestran conductas más disruptivas e incluso se meten en peleas -lo que ayuda a detectar que algo pasa-, ellas son más discretas, tratan de adaptarse y no llamar la atención.

DIFICULTADES PARA SER NOMINADAS

Bornez define las altas capacidades desde la neuropsicología: la persona que las tiene es aquella con capacidad de generar hipótesis ante cualquier estímulo que llega a su cerebro a través de los siete sentidos, los cinco clásicos, el sentido vestibular y la propiocepción. "Cambia el procesamiento que el cerebro hace de esos estímulos y le hace ser capaz de generar más mielina a las neuronas. Cuanta más mielina, más capacidad de aprendizaje", destaca.

El experto subraya que existen siete perfiles de persona con alta capacidad, no se reduce únicamente al estudiante maduro con buen rendimiento académico. Uno de esos arquetipos es el underground o el que pasa inadvertido: no quiere destacar, no le importa no hacerlo y no tiene un "comportamiento exteriorizable" que le permita ser nominado como alumno de altas capacidades y es este el perfil mayoritario de socialización de las chicas.

"Dentro de este perfil entra una persona que ha visto cómo a otra le aplaudían por sacar un diez y se muere de vergüenza o ha visto que a otra la han llamado empollona y no quiere destacar porque eso va a hacer que reciba más atención, para evitarlo se adapta al ritmo de la escuela. Por eso tiene menos posibilidades de ser nominada para ser evaluada como alumna de altas capacidades", apunta el experto, que ha llegado a conocer casos de chicas que se cambian de colegio cuando se les detectan las altas capacidades para que sus compañeros no se enteren.

El acceso a centros PEAC -que dan formación a alumnos de altas capacidades los sábados por la mañana- se hace mediante nominación: un maestro o profesor detecta en clase a un candidato a tener altas capacidades y lo deriva al orientador para que haga una valoración de su inteligencia. "Se nomina el 'me aburro', al que levanta la mano continuamente para preguntar, al que se enfrenta al profesor, al conflictivo,... pero el perfil socioeducativo de las niñas es diferente y no se detectan ni son nominadas", reconoce Bornez.

Sanz Chacón añade que las chicas suelen mostrar conductas menos disruptivas, "lo que no quiere decir que no tengan problemas, pues lleva a que se les diagnostique baja autoestima y depresión".

El equipo que dirige Bornez lleva años intentando corregir este desequilibrio con formación y asesoramiento a los centros escolares, a los que piden que ahonden e investiguen para no dejarse guiar únicamente por el rendimiento o lo más evidente: "Es importantísimo concienciar a la sociedad y al equipo docente de la importancia de ponerse unas buenas gafas para ver a las chicas con altas capacidades".

Cuando Bornez llegó al programa de enriquecimiento educativo para alumnos de altas capacidades, encontró que sólo había dos o tres chicas por clase -cada grupo es de 18 alumnos-. Poco a poco, la cosa mejora.

¿Y qué pasa cuando un niño o niña de altas capacidades no es detectado?

El experto responde que la casuística es variada: hay quien no quiere ir al colegio, otros que pasan por él sin pena ni gloria, algunos desarrollan ansiedad, otros que saben adaptarse y disfrutan,... Depende de la personalidad y de sus estrategias adaptativas.

EL CEREBRO COMO UN NÚMERO DE PIE

"Recurro a una metáfora que dice que el cerebro es como un número de pie. Tenemos un número de pie y sabemos que podemos ser supinadores o pronadores y buscamos el zapato que mejor se adapta al pie: algunos optarán por chanclas, otros por deportivos o por tacones. El sistema educativo es demasiado rígido y sólo tiene una horma de zapato. Por ejemplo, en tercero te da el número 36 y si tienes un 42, se siente. Y no es sólo que le quede pequeño, sino que no deja crecer al pie y le genera malformaciones", ilustra.

Por su parte, la psicóloga sostiene que cuando no se identifican las altas capacidades, los niños se aburren y lo pasan mal en clase hasta tal punto que pueden no estudiar y desmotivarse, incluso tener fracaso escolar: "Como no creo en ti, como no creo que seas tan inteligente, los profesores consiguen que estas potencialidades tan tremendas no desarrollen su capacidad".

Bornez aboga por una respuesta educativa más flexible, con una programación multinivel y no lineal. También en clase -de colegio o de instituto-, no sólo en el PEAC, donde se trabaja un contenido extracurricular que consiste en diseñar situaciones de aprendizaje en las que no existe un único recorrido, rutinas de pensamiento más cercanas al alumnado y el sentido de la pertenencia, "porque muchos niños y niñas de alta capacidad no conocen a otros niños en su situación y se creen que son raros, únicos".

EPE
7/02/2022

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