La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha pedido este miércoles crear una estrategia unificada de prevención del suicidio en la población pediátrica, con el objetivo de mejorar la atención de las personas de riesgo y sus familias. Lo ha hecho ante el incremento de casos de síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas en niños y adolescentes desde los últimos dos años de pandemia.
Asimismo, los sanitarios han demandado el desarrollo de un plan nacional para frenar la mortalidad por esta causa. "La situación resulta alarmante", han dicho los pediatras en un comunicado. "A lo largo de los últimos años y en especial desde que se inició la pandemia por COVID, la salud mental de los niños y los adolescentes se está deteriorando", aunque de modo especial en estos últimos.
En el año 2020, se suicidaron en España 14 niños menores de 15 años, el doble que el año anterior. Y, de acuerdo con la asociación, en los jóvenes de 15 a 29 años el suicidio es la segunda causa de fallecimiento, solo superada por los tumores malignos. Debido a este aumento, la AEP constituyó en 2021 un Grupo de Trabajo multidisciplinar de Salud Mental en la Infancia integrado por profesionales pediátricos de la Sociedad de Psiquiatría Infantil (SPI), la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP).
Un 145 % más de llamadas de menores con ideación suicida
Antes de la situación sanitaria, se estimaba que el 30 % de los menores habían presentado ideación suicida en algún momento, el 10 % lo habían intentado y un 2 % había requerido atención médica. Pero con la llegada de la pandemia, la Fundación ANAR ha atendido un 145 % más llamadas de menores con ideas o intentos de suicidio y un 180 % más de autolesiones con respecto a los dos años previos.
Sin embargo, en España aún no existe un plan nacional para la prevención del suicidio y hay "una gran heterogeneidad entre los planes de actuación entre comunidades autónomas". Entre las carencias y limitaciones respecto a la problemática, la asociación señala también la carencia de formación específica sobre salud mental y los recursos insuficientes de los profesionales que están en contacto con los niños y adolescentes, del ámbito sanitario y educativo, además del desbordamiento de los servicios tanto de atención primaria como de urgencias.
Por otro lado, el comunicado ha advertido que entre los factores de riesgo para la conducta suicida en la actualidad se encuentran "el sexo femenino, la presencia de síntomas depresivos, una mayor exposición a casos COVID, y un mayor consumo de redes sociales".
Recursos materiales y programas de formación, las propuestas de la AEP
La AEP ha propuesto, más allá de una estrategia unificada y la creación de un plan de prevención nacional, la mejora de los recursos materiales y humanos de atención a la salud mental dirigidos a niños y adolescentes y la implantación de programas de formación para los centros escolares dirigidos a profesores, orientadores y resto de profesionales que atienden a los niños.
"Los pediatras y médicos de atención primaria, junto con el personal de enfermería, suponen un grupo fundamental en la prevención de las conductas suicidas, ya que suelen ser los que más y mejor conocen a los niños y sus familias", han recordado los pediatras, quienes han remarcado que los centros escolares son imprescindibles al tratarse de "reguladores muy importantes de la conducta de los niños y jóvenes, amortiguando muchas situaciones de estrés y ansiedad en esta población".
Esta formación persigue los objetivos de detectar los factores de riesgo, precipitantes, protectores y señales de alerta, establecer medidas de atención y seguimiento tras una conducta suicida y conocer estrategias útiles para evitar el empeoramiento de la conducta. Aprender a comunicarse con las familias de forma rápida, fluida y con sensibilidad y saber seleccionar y formar a algunos alumnos de apoyo, que ayuden a detectar casos, son otras de sus metas clave.
RTVE
26/01/2022