La rehabilitación con un logopeda resulta esencial en aquellos casos en los que las secuelas del coronavirus afectan a la deglución, al habla o al lenguaje - El Colegio de Logopedas de Andalucía reivindica su integración en el sistema sanitario para abordar estas patologías de manera multidisciplinar
Miles de profesionales sanitarios trabajan a diario para borrar las marcas que deja la Covid-19 en sus pacientes. Se trata de un trabajo multidisciplinar de distintos especialistas que se prolonga durante meses en una gran mayoría de los casos. La labor del logopeda resulta esencial en aquellos cuadros médicos en los que el coronavirus deriva en problemas que afectan a la deglución, al habla o al lenguaje. Más del 60% de los pacientes infectados por Covid-19 necesitan ayuda logopédica en su rehabilitación tras superar la enfermedad.
La Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física advierte de un elevado porcentaje de pacientes en los que persisten daños discapacitantes tras superar el coronavirus. La disfagia, la disartria, la afasia o la disfonía son algunas de las secuelas derivadas de periodos de intubación prolongados y de una insuficiencia respiratoria. Estas afectan de forma directa a la deglución, al habla y al lenguaje y precisan de un proceso de rehabilitación logopédico para ser tratadas.
Desde el Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía advierten de las secuelas postcovid que más están observando durante las sucesivas olas de la pandemia. A las alteraciones del sistema nervioso central, que desembocan en alteraciones de comunicación y dificultades del lenguaje y del habla, se suman las alteraciones en la alimentación en aquellos pacientes que necesitan intubación: «Todo ello conlleva una variación y una debilidad de toda la musculatura, por lo que se da muchísima dificultad a la hora de deglutir», señala Adela Corrales, decana del colegio.
Estos profesionales señalan que entre un 60% y un 70% de los pacientes covid intubados necesitan ayuda logopédica para recuperar sus funciones y alertan de la importancia de comenzar a tratar estas patologías desde su inicio y de manera multidisciplinar. Así, resaltan la figura del logopeda en UCI, que «trabaja y valora el estado del paciente para poder intervenir. Llevamos a cabo un protocolo de actuación cuando son desintubados para valorar las dificultades que tengan». De este modo, el logopeda está presente desde que el paciente recupera la consciencia, durante el ingreso en planta y, en algunos de los casos, en el domicilio mediante un seguimiento de esta rehabilitación.
Para determinar el nivel de las lesiones se tiene en cuenta el tiempo de intubación y sedación, ya que «cuanto más tiempo haya estado el paciente intubado, peores serán las secuelas y más daños se evidenciarán». Después de periodos prolongados de intubación, algunos de estos pacientes tienen que ser sondados para poder administrar el alimento, debido a los daños adquiridos. La figura del logopeda se centra, entonces, en rehabilitar la musculatura perdida para recuperarla cuanto antes y que estas personas puedan volver a masticar y a tragar de forma adecuada, explica Corrales.
Del mismo modo, estos pacientes presentan problemas para mantener la voz y comunicarse bien «porque hay mucha debilidad y hay que ejercitar toda esa musculatura». Estas secuelas suponen un retroceso en la calidad de vida de estos pacientes: «Entran conscientes y cuando se despiertan es un trauma muy grande el hecho de no poder comunicarse porque han perdido todas estas habilidades», explica la decana del Colegio de Logopedas.
Logopedia hospitalaria
La figura del logopeda, por lo tanto, es esencial para tratar este tipo de secuelas y mejorar la calidad de vida de estos pacientes, apunta Adela Corrales: «Tratando estas patologías desde su inicio contribuimos a reducir el tiempo de hospitalización, ya que evitamos que se produzcan complicaciones como la broncoaspiración al ingerir un alimento, que puede desembocar en una infección». Por todo ello, los profesionales de la logopedia reivindican su integración en el sistema de salud y defienden la necesidad de contar con un logopeda en las diferentes unidades del sistema sanitario, para trabajar en equipo y de manera multidisciplinar.
La decana de este colegio insiste en ensalzar la importancia de la logopedia hospitalaria: «La logopedia abarca muchas patologías y cada logopeda tiene una especialidad. Cuanto más logopedas haya en los centros hospitalarios, mejor será la prevención y la intervención será más temprana».
En Andalucía, denuncia Corrales, el número de plazas públicas apenas ronda la veintena: «Somos unos 1.800 profesionales y plazas públicas en nuestra comunidad hay 22. Estamos exigiendo que se abran más plazas porque se necesitan muchos más logopedas en el sistema de salud y no es la tónica de nuestro país», asevera.
Esta falta de profesionales en atención primaria, por su parte, ha contribuido a demorar la atención temprana en los más pequeños. «La detección en niños se ha demorado mucho porque en los equipos que valoran la atención temprana tampoco está presente la figura del logopeda», manifiesta Adela Corrales, que defiende que «hay que ir haciendo presente esta figura dentro de la sanidad pública».
Opinión Málaga
15/08/2021