El sistema de atención temprana a niños de 0 a 3 años con deficiencias de desarrollo implantado en Cantabria es «ejemplar» y, por eso mismo, servirá de modelo para el resto de las comunidades autónomas del país cuando entre en vigor la Ley de Dependencia, que reconoce nuevos derechos a las familias con hijos en la citada franja de edad.
La secretaria de Estado de Servicios Sociales, Amparo Valcarce, así lo aseguró ayer en Santander, en donde conoció uno de los tres centros que ha puesto en marcha el Gobierno cántabro para dar este servicio. Valcarce se mostró gratamente impresionada por lo que vio y le explicaron en la unidad que acoge el Centro de Salud de El Sardinero: los bebés con algún tipo de alteración en el desarrollo son atendidos por logopedas, psicoestimuladores y fisioterapeutas y su evolución no se sigue sólo desde el ámbito sanitario, sino también desde el educativo.
Cantabria se encargará de desarrollar los trabajos para definir un baremo que se aplicará con la entrada en vigor, en enero de 2007 de la Ley de Dependencia. También se contará con la experiencia del Servicio Cántabro de Salud para elaborar la cartera de servicios que se ofrecerá en la citada franja de edad y para fijar la red de recursos que serían necesarios.
En esta comunidad autónoma se contabilizan actualmente más de 17.000 niños de entre 0 y 3 años. Hasta ahora sólo se contaba con la asistencia de un departamento, en la capital, cuando a alguno se le detectaba algún tipo de minusvalía o, simplemente, cuando se veía que su desarrollo no era el adecuado. Ahora se han abierto unidades en Torrelavega y Laredo, se abrirá otra en Reinosa, y se atiende a 313 críos, cifra que representa el 1,82% del total.
Fuentes de la consejería de Sanidad del Gobierno cántabro indicaron que los resultados de la atención especializada que reciben los niños que llegan a estas unidades son más que satisfactorios. «Adecuadamente rehabilitados, el índice de ellos que llega a alcanzar un desarrollo normal está en el 70%. De ahí que sea tan importante empezar a tratar estos casos cuanto antes».
Cerca de casa
Y lo más cerca posible de casa. Esto es fundamental, porque tener un hijo que precisa este refuerzo es lo suficientemente inquietante para las familias «como para intentar que el servicio no les suponga pasarse la vida pendientes del problema». De hecho, la consejera de Sanidad, Rosario Quintana, señaló que esta prestación es intensiva: es fácil que un pequeño requiera 64 sesiones de logopedia y, en otro tipo de servicios, se precisa una media de 60 intervenciones.
«Que todo esté integrado es un valor añadido para Cantabria», declaró Valcarce. Integrado quiere decir, por ejemplo, que cuando el niño cumple los tres años se le ha buscado un centro educativo en el que ya se conocen sus necesidades concretas y su historial. «Esto da una gran tranquilidad a las familias que no se sienten perdidas, porque la Administración las va guiando desde que se descubren las alteraciones»
Diario Montañes
6/09/2006