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Los estudiantes españoles de primaria bajan en Ciencias “significativamente” y aumentan la brecha con la media de la OCDE

Después del batacazo en Ciencias y Matemáticas de los estudiantes españoles de 15 años en el informe PISA del pasado diciembre, un nuevo estudio internacional ha puesto de manifiesto que España va por detrás de la media de los países de la OCDE y de la Unión Europea en ambas disciplinas. Esta vez el informe TIMMS, que mide las competencias de los alumnos de 4º de Primaria (niños de 10 años) de 64 países, da a España una puntuación de 511 puntos en Ciencias ―por debajo de los 526 de media de la OCDE y de los 514 de la UE― y de 502 en Matemáticas ―lejos de los 527 de la OCDE y los 513 europeos―.


Los nuevos resultados de TIMMS (Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias, en sus siglas en inglés) suponen, además, un empeoramiento en las dos materias respecto a la última edición del estudio, en 2015: entonces España obtuvo 518 puntos en Ciencias (la bajada es de siete puntos) y 505 en Matemáticas (una reducción de tres puntos). En Ciencias, la distancia con la OCDE fue entonces de 10 puntos (528), y en Matemáticas de 20 (525). El problema es el reducido porcentaje de alumnos en niveles avanzados, tan solo un 3% en Ciencias y un 4% en Matemáticas, y muchos en niveles bajos, 71% y 91%, respectivamente.

“El descenso en nuestras mediciones solo es significativo estadísticamente a partir de siete puntos; en este caso España debería estar preocupada por sus resultados en Ciencias, sin duda el modelo de enseñanza debe ser revisado”, considera en declaraciones a este periódico Dirk Hastedt, director de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA, en sus siglas en inglés), que elabora este informe desde el año 1995, del que se publica este martes la séptima edición. “Solo un 4% de los estudiantes españoles alcanzan el nivel alto en Ciencias, mientras que en Singapur son el 38% o el 29% en Corea”, añade.


¿Cuál puede ser el origen de ese desequilibrio? “Hay muchos factores, los países asiáticos siguen ocupando las primeras posiciones porque tienen una cultura académica diferente. Allí los profesores están muy valorados y ser bueno en clase supone un reconocimiento por parte del resto de compañeros, es prestigioso”, explica Hastedt, que ha realizado diferentes visitas sobre el terreno para investigar ese modelo. Además, señala, en esos países se invierte “mucho más” en formación del profesorado; en Singapur son obligatorias 100 horas al año, financiadas por el Gobierno. “En España, el 82% de los profesores de Ciencias aseguraron en uno de nuestros estudios que necesitan más formación en tecnología y nuevas metodologías de enseñanza. Hay que valorar más a los docentes”, indica.

En el informe TIMMS 2019 han participado más de 9.500 estudiantes de 4º de primaria de más de 500 centros españoles de las diferentes comunidades autónomas, aunque en esta ocasión Madrid, Asturias, Castilla y León, Cataluña, La Rioja, Ceuta y Melilla ampliaron la muestra de alumnos para obtener datos más representativos. En las pruebas de Ciencias, el 45% de las preguntas se relacionaron con contenidos de la asignatura Ciencias de la Vida, el 35% con Ciencias Físicas y el 20% con Ciencias de la Tierra. En Matemáticas, el 50% fueron números, el 30% medidas y geometría y el 20% datos.

Un curso escolar equivale a unos 59 puntos en TIMMS. Corea, Japón y Finlandia superan los 550 puntos en Ciencias y se sitúan en el nivel alto de la escala de rendimiento. Los 511 puntos de España se acercan a los resultados de Italia (510) y Chipre (511). Finlandia (555) y Letonia (542) son los países con las puntaciones medias más altas de la UE.

¿Qué está fallando en el sistema educativo para que los alumnos de primaria hayan bajado siete puntos en Ciencias? “Hay un problema de base: la formación de los maestros en Ciencias. Si analizas el perfil de los alumnos de Magisterio, en su mayoría no provienen de un bachillerato científico”, apunta Paloma Fernández, de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) y física de formación. “No transmiten a los alumnos el entusiasmo por la ciencia porque no lo tienen”, cuenta Fernández, que después de impartir diferentes talleres en colegios para acercar los experimentos a los alumnos de primaria, percibe que la mayoría de maestros no entienden las partes más básicas de la ciencia. “Lo ven como si fuera magia, sobre todo la parte de Física y Química”, cuenta. En su opinión, se sigue sin promover una enseñanza sólida en Ciencias, además de por el perfil de los maestros, por la falta de programas específicos de apoyo.

Desde el año 2009, la Cosce organiza el programa Aciertas en colaboración con los colegios para llevar a científicos a las aulas. “Recibimos una subvención del Ministerio de Ciencia ridícula, unos 40.000 euros al año, y encima nos encontramos con la rigidez de muchos maestros que no quieren participar para no perder horas y poder impartir sus programas al completo”, lamenta. Pone como ejemplo Finlandia, donde no existe esa rigidez curricular y donde “estudian el mundo desde el entorno, y no únicamente desde el aula”. Según los datos de TIMMS, solo al 48% de los alumnos de 4º de primaria les gustan las Ciencias.

Sobre el estancamiento en Matemáticas ―aunque España solo ha bajado tres puntos respecto a 2015, sigue estando a 25 puntos de distancia de la media de la OCDE― Luis Rodríguez, presidente de la comisión de educación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), considera que los diferentes cambios legislativos no han ayudado a mejorar en las disciplinas más técnicas, que los currículums siguen siendo demasiado extensos, memorísticos y con poco razonamiento lógico. “La Lomce (ley educativa en vigor aprobada por el PP en 2013) introdujo más estándares de evaluación, que se traducen en concretar más al detalle aquello que tienen que aprender los alumnos. Ahora podemos decir que no ha servido”, indica.

En el Libro Blanco de las Matemáticas, publicado el pasado octubre, se identifica que uno de los problemas para un aprendizaje efectivo en primaria es que se emplea mucho tiempo a la manipulación aritmética. “Se insiste mucho en hacer muchas cuentas con números de demasiadas cifras, un tiempo que no se invierte en enseñar al alumnado a pensar, a resolver problemas, en vez de a repetir ejercicios”. La solución empezaría por reducir, al menos, un 20% los contenidos que se imparten en cada etapa y en cambiar el planteamiento. “Hay que enseñarles a razonar desde las primeras edades, entender cuándo se necesita y para qué hacer una división”.

Según los datos de TIMMS, el 53% de los docentes en España no están especializados en contenidos matemáticos, mientras que esa cifra se reduce al 43% en la media de la OCDE y al 11% en Singapur. El grado de Educación destina solo el 6,6% de los créditos a ese tipo de contenidos. El informe también señala que solo el 37% de los maestros españoles se ha formado en contenidos matemáticos en los últimos dos años, mientras que en Singapur ascienden al 74%. Solo al 37% de los estudiantes españoles analizados les gustan las matemáticas.

España (con 502 puntos) presenta una proporción de estudiantes notablemente más alta en los niveles bajos de la escala de Matemáticas: 9% en el nivel muy bajo y 26% en el nivel bajo. Irlanda del Norte (566) e Inglaterra (556) tienen las puntaciones más altas de la UE. Singapur (625) y Hong Kong (602) van a la cabeza.

Las condiciones en las que los alumnos estudian en casa no dejan a España en una mala posición. El 72% de los estudiantes de 4º de primaria cuenta con habitación propia e Internet en casa, por encima del 70% de la OCDE y el 68% del total de la UE, aunque lejos de países como Noruega (89%) y Dinamarca (88%).

Las chicas obtienen peores resultados en Matemáticas

Los chicos rinden por encima de las chicas en Matemáticas en la mayoría de los países de la OCDE y en el total de la UE. Las mayores diferencias se dan en Canadá y Chipre, donde hay una distancia de 19 puntos a favor de los chicos. En España, la diferencia es de 15 puntos, “significativamente” por encima del promedio de los países de la OCDE (9 puntos) y del total de la UE (11 puntos).

En Ciencias, sin embargo, el patrón es muy diferente. En 26 de los sistemas educativos analizados (entre los que figura España) no se encuentran diferencias significativas entre el rendimiento de las chicas y de los chicos; en seis (Alemania, Canadá, Corea, Estados Unidos, Italia y la República Checa, además de en el promedio de la OCDE y en el total de la UE) hay diferencias a favor de los chicos, mientras que en Japón la diferencia (6 puntos) es significativa a favor de las chicas.

En 20 años del TIMSS, la tendencia muestra una reducción de esa brecha especialmente en Ciencias y principalmente entre los alumnos mayores. TIMSS también mide resultados de distintos países en alumnos de secundaria (con 14 y 15 años), aunque los españoles no participaron en esa franja de edad.

El País
10/12/2020

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