Aprovechar la mayor plasticidad en el aprendizaje de los primeros años de los menores para conseguir los mejores resultados posibles. Con este sentido nace la Atención Temprana y con ese objetivo funciona en las cuatro sedes que tiene la Asociación Autismo Cádiz: Cádiz, Algeciras, Puerto Real y Jerez de la Frontera. En dos de ellas, la actividad, además de privada, se encuentra concertada con la Administración Pública y ahora mismo está abierto el proceso para concertar una tercera, en Algeciras.
Este servicio -que protagoniza en el mes de noviembre la campaña del 40 aniversario de la asociación Tus derechos, nuestros servicios- trabaja actualmente con 42 niños y niñas con TEA (trastorno del espectro del autismo) con una edad máxima de seis años, que es la que se contempla dentro de la Atención Temprana. Beatriz Mota, responsable del Servicio de Infancia y Adolescencia (SIA) de la entidad y directora de esta área explica que la intervención en esta etapa es fundamental y se realiza a nivel global, "trabajando en todas las áreas del menor junto con la familia y el entorno".
Trabajar de una manera coordinada con la familia y el entorno ha supuesto un cambio de enfoque en el que Autismo Cádiz se encuentra avanzando. "Hemos dejado atrás el modelo clínico que ponía el foco solo en el menor. Ahora el centro de la intervención es el niño con la familia en su conjunto y es la propia familia la que va tomando decisiones acompañada por nosotros, los profesionales", comenta Mota. De esta manera, los resultados se construyen con la familia, aparecen en los Planes de Apoyo Individualizados y guían la intervención. "Debemos conseguir en definitiva que las familias tengan una relación positiva con su hijo", añade.
Para ello, el profesional proporciona a la familia herramientas de aprendizaje de relación con el menor, herramientas que pueden suponer cambios en algunas conductas o fomentos de otras. "Este cambio se produce porque nos dimos cuenta de que el niño/a es el fruto de su relación con el entorno, no es el niño aislado, y tiene que ser capaz de generalizar los aprendizajes a todos los contextos junto con su familia", especifica. Por eso también es muy importante el vínculo establecido con el centro educativo: "Nosotros nos ponemos en contacto con ellos para apoyar y ofrecer estrategias a fin de estructurar y adaptar el entorno y coordinar todo lo que se trabaja con él".
La transición a este cambio de enfoque se ha ido intensificando en los últimos dos años aunque, explica la directora del SIA, desde la propia entidad llevan años dando importancia a las familias con el impulso y consolidación de las Escuelas de Familias, por ejemplo. "Hubo un momento crucial en que decidimos que las familias debían estar en la intervención y que lo importante era que los resultados que consideraban relevantes, como he comentado antes, fueran tenidos en cuenta. Nosotros, como profesionales, teníamos que ayudar para conseguirlo. Y es lo que hacemos", concluye a este respecto.
Este camino debe seguirse recorriendo e ir cada vez más enfocado a trabajar en los espacios de vida y desarrollo del niño con TEA. "Si como profesionales empoderamos a la familia y trabajamos con el entorno, la intervención pasa de ser de un tiempo determinado en un gabinete a estar presente las 24 horas", aclara. Pero no es del todo fácil, especialmente porque este cambio de enfoque también debe ser integrado por las familias. "Algunas familias ponen un poco de resistencia. Cuando se ha comenzado un modelo clínico es complicado realizar el cambio. En ocasiones la familia se siente evaluada y un poco cuestionada. Pero es importante explicarles, invitarlos a participar, dar la oportunidad", comenta.
Ana Canuto es la madre de Hugo Ariza, un niño con TEA perteneciente al Servicio de Atención Temprana. Hugo recibe apoyos en Psicología y en el Servicio de Apoyo a la Comunicación. La evolución suya y la de su familia, afirman desde la asociación, ha sido muy positiva. Es un niño muy divertido e inquieto. "Le encantan los números, las formas y las letras, ha aprendido a leer solo. Le encanta jugar con otros y que le digan que lo ha hecho bien", explica Ana.
Cabe destacar que mediante este servicio, se da cobertura a dos derechos de la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU: el artículo 25, relativo a la salud y el compromiso de los estados por facilitar su acceso a las personas con discapacidad, y también el artículo 26, relativo a la habilitación y la rehabilitación, que profundiza en el derecho para que las personas con discapacidad puedan "lograr y mantener la máxima independencia, capacidad física, mental, social y vocacional, y la inclusión y participación plena en todos los aspectos de la vida".
Diario de Cádiz
15/11/2020