La iluminación y la música del lugar son importantes así como los gestos, los tonos de voz y la información que se le brinda. También es fundamental tener en cuenta su historia.
Una serie de recomendaciones para comunicarse en este momento tan especial de cuarentena con personas que tienen deterioro cognitivo o demencia fueron brindadas por la psicóloga y diplomada en Geriatría y Gerontología Cecilia Millán. “En el mundo hay 50 millones de personas diagnosticadas con demencia, se realiza un diagnóstico cada tres segundos, según datos de la Asociación Internacional de Alzheimer (Alzheimer’s Disease Internacional). Estamos hablando de una gran cantidad de personas, muchas de ellas institucionalizadas”, señaló la profesional.
Millán indicó que “todo el tiempo estamos comunicando y lo hacemos de diferentes maneras. Uno piensa en la palabra pero comunicación es todo, los ambientes, como me presento, como muevo las manos”.
En este momento “tan difícil que nos toca atravesar”, la especialista aportó una serie de “herramientas de trabajo” al exponer sobre “La comunicación con la persona residente con deterioro cognitivo y demencias”, en el marco del programa deformación abierta en Gerontología de PAMI. El programa es organizado por la sub gerencia de Capacitación Gerontológica, a cargo de la Mg. Susana Ordano, y la sub gerencia de Cuidados Psicosociales, a cargo del Dr. Ricardo Iacub, en el marco del programa Residencias Cuidadas de la secretaría de Derechos Humanos, Gerontología Comunitaria, Género y Políticas de Cuidado, de la cual está al frente la Mg. Mónica Roqué.
El ciclo de charlas virtuales de PAMI se realiza los viernes a las 11. Informes:capacitaciongerontologica@pami.org.ar
Comunicación no verbal
Millán destacó la importancia de la comunicación no verbal, aquella que “no se expresa en palabras pero tiene que ver con lo que vemos y transmite mensajes”. En este sentido sostuvo que “es necesario crear ambientes acogedores porque las personas con deterioro cognitivo y demencias se encuentran, en general,desorientadas, pero en este momento es mayor”.
ILUMINACIÓN: “Hay que pensaren una buena iluminación, con las ventanas abiertas, con lindas cortinas”,señaló.
MÚSICA: Indicó que es importante que “haya buena música de fondo.Durante el día, una música un poco más activa, y a medida que empieza a caer la tarde, una más tranquila”.
FECHA Y HORA: Es necesario que haya relojes y carteleras con el día, la fecha, el año, para que el o la residente “pueda orientarse un poco más, saber qué día y hora es, distinguir el almuerzo, la merienda, a pesar que luego puede olvidarlo o preguntarlo varias veces”.
CARTEL CON EL NOMBRE: “Hoy, en las residencias, están todos uniformados, con barbijos, máscaras, camisolines. Si a veces entre nosotros no nos distinguimos, pensemos qué le pasa a una persona con deterioro cognitivo o demencia”, señaló.Y aconsejó “poner en el uniforme un cartelito con el nombre y el cargo” y, de ser posible, “una foto”. Hay que tener en cuenta el tamaño de la letra.
GESTOS: “Estamos todos más sensibles.Vemos al personal como trabaja más afectado porque tiene que viajar desde lejos, tienen miedo al contagio y tenemos que cuidar los gestos que hacemos entre nosotros pero también frente al residente”,indicó la profesional. Asimismo destacó:“no subestimemos a las personas con demencia, prestemos atención a los gestos que hacemos y a los gestos y las posturas que hacen ellos”.Comunicación para verbal Millán señaló que “la comunicación para verbal tiene que ver con las formas y las entonaciones. No se usa el mismo tono de voz para dar una clase que cuando se está entre amigos,tampoco cuando uno está relajado o cuando tiene problemas”.
TONO: “Muchas veces, las reacciones se las relacionan con síntomas conductuales y decimos que está más agresivo, alterado, pero hay que tener presente que a veces son respuestas a cuestiones que tienen que ver con nosotros”, advirtió. “En este momento, el autocontrol de las emociones para trabajar en residenciases importante y es mucho más delicado con las personas con deterioro cognitivo”, señaló.
Además indicó que “a veces, los residentes hablan pero no logran ser comprendidos y,a veces, ni siquiera logran ser escuchados y esto interfiere en su calidad de vida”. Al respecto remarcó que“la persona con demencia reacciona,se pone apática o se aísla. Hay quienes no tienen con quién hablar o son subestimados y hay que poner mucha atención a esto”.
Comunicación verbal
DAR EXPLICACIONES: Millán destacó la importancia de “explicarle a la persona con demencia las intervenciones que vamos a hacer, por ejemplo, decirle qué es un barbijo,por qué lo tiene que usar, que le vamos a poner uno y no ponérselo directamente”.Y afirmó: “Estamos hablando de la dignidad de la persona,de los buenos tratos. Esto forma parte del respeto”.
INFORMACIÓN: “No hay que ir al extremo de la desinformación, que cuando pregunten digamos ‘no pasa nada’, ni tampoco la sobre información,que estén viendo noticias y estadística porque es perturbador”,advirtió. Por lo que remarcó: “Manejemos delicadamente la información,de una forma casi artesanal”.
COMUNICACIÓN CON EL AFUERA: Para mantener el contacto con la familia se usa Whatsapp, videollamadas, Zoom o teléfono. “Esto es muy bueno pero respecto a las personas con demencia evaluemos en qué casos son positivos porque estamos trabajando con generaciones que no tienen incorporada la tecnología y, a veces, ver al familiar en una pantalla los confunde y se quedan angustiados, no saben si están viniendo, si van a venir. Hay que evaluar en qué caso es conveniente una videollamada o (si es preferible) una llamada telefónica,que ya solo escuchar la voz tranquiliza”, explicó.
BIOGRAFÍA: Millán sostuvo que“conocer la biografía” de los y las residentes es fundamental. “Pensemos en cuanto a las personas mayores les gusta hablar sobre su historia. La identidad es lo más propio que tenemos,permanece en la demencia, y con eso tenemos que trabajar. Cuanto más conozcamos sobre esa persona,más herramientas vamos a tener para atenuar la angustia que genera la gran pandemia", afirmó.
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22/07/2020