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En la situación actual, los pacientes con alzhéimer se vuelven más ansiosos, estresados, agitados y retraídos, lo que afecta a sus cuidadores que, en el 80% de los casos, también tienen más de 65 años
En España, una de cada seis personas mayores de 65 años (un 16,7%) y casi un tercio de los mayores de 85 años (un 27,7%) sufre alzhéimer, siendo este colectivo de pacientes el que se encuentra entre la población con mayor vulnerabilidad frente al Covid-19.
“Los pacientes con alzhéimer pertenecen al grupo de población de mayor riesgo frente al coronavirus, tanto por estar en la franja de edad de los más afectados, como por el gran riesgo que existe de quedarse desatendidos durante la pandemia, ya que el 80% de estos pacientes está al cuidado de un familiar que -en la mitad de los casos- también tiene más de 65 años”, explica Andrés Navarro, neuropsicólogo de la Fundación Alzheimer España (FAE).
En las actuales condiciones de aislamiento, la vida diaria de la persona con enfermedad de Alzheimer y de su familiar-cuidador se vuelve mucho más compleja. Según el neuropsicólogo de la FAE, “los pacientes con alzhéimer son muy sensibles a cualquier cambio que se produzca en su rutina diaria, requiriendo además una gran cantidad de atención práctica; dos factores muy difíciles de conseguir durante estos días. Por eso, pueden volverse más ansiosos, enojados, estresados, agitados y retraídos”.
La situación de confinamiento de la población motivada por la crisis sanitaria actual ha generado una gran disrupción de la rutina diaria de millones de personas. Pero hay un colectivo que lo está sufriendo especialmente: los cuidadores y pacientes con enfermedades neurodegenerativas. “Ahora la prioridad para los cuidadores tiene que ser mantenerse saludables -tanto física como mentalmente-, ya que si enferman, tanto él como su familiar se encontrarán en una situación muy problemática. En esta crisis, hay un miedo a lo desconocido. Si podemos compartir esos miedos con otros cuidadores y con profesionales de las asociaciones, es una ayuda clave", asegura el neuropsicólogo de la FAE. Así, es fundamental ofrecer pautas para que los cuidadores sobrelleven esta difícil situación y se atiende a sus peticiones y necesidades particulares, “ya que es primordial considerar cada caso de forma individual”.
Decálogo para una demencia confinada
David A. Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid y patrono de la Fundación Alzheimer España, propone en las siguientes líneas algunos consejos sobre la actitud que debería tomar las familias y cuidadores de estos pacientes con el fin de facilitar la convivencia y mejorar la calidad de vida de pacientes y cuidadores:
1. La primera recomendación debería ser generar una rutina diaria y todos los días intentar cumplirla. Esta rutina es especialmente importante para los horarios de comidas y los periodos de sueño. Además, habría que incluir de forma programada las visitas al cuarto de baño e higiene personal.
2. Cuando se dirija al paciente intente hablarle con calma, usando frases simples y que incluyan solo una o dos órdenes. Esta estrategia es fundamental para aquellos pacientes que tienen problemas de lenguaje. Habitualmente su médico pondrá en el informe algo similar a que el paciente sufre «afasia progresiva» o «disfasia».
3. Es muy útil que acompañe las órdenes verbales con gestos y lenguaje emocional… a veces una caricia o un abrazo generan más calma que las palabras.
4. Durante el día, es importante mantener alguna actividad más o menos reglada por la mañana y por la tarde. Podría tratarse de practicar alguna afición, una tarea manual de estimulación que esté haciendo previamente el paciente, o incluso echar una mano en las tareas de limpieza y cocina si está capacitado.
5. Si en algún momento está agitado, especialmente con la idea de salir a la calle… no discuta ni busque una respuesta con argumentos complejos. Es mejor mantener la calma, acompañarle por la casa e intentar que se siente. Recuerde, siempre es mejor emplear el lenguaje no verbal como caricias o abrazos.
6. En algunos casos el paciente puede presentar alucinaciones. Intente explicar con lenguaje sencillo que no es real, pero no discuta. Es útil iluminar bien la casa y encender las luces incluso antes de anochecer, especialmente si el paciente presentaba ya problemas visuales.
7. En la situación actual es muy difícil que el paciente haga ejercicio físico…pero intente acompañarle por la casa paseando y converse con él mientras tanto. Es importante planificar estos “paseos” a diario como una actividad más, tanto por la mañana como por la tarde.
8. Es importante que mantenga la medicación pautada por su médico previamente y no la suspenda. En ocasiones, su médico le puede haber dado pautas para aumentar o reducir medicación según la situación de la conducta del paciente. Siga dichas indicaciones fielmente.
9. Intente evitar acudir a urgencias si no es imprescindible. Llame a los teléfonos de emergencia o al centro de salud siempre para obtener más información antes de acudir a cualquier dispositivo asistencial.
10. Y el último consejo es tener PACIENCIA, mucha paciencia en estas circunstancias tan especiales y mostrarse siempre con mucha calma para que el paciente no se contagie de nuestro nerviosismo.
La Razón
23/04/2020