Tener una buena salud auditiva es un pilar fundamental tanto para la vida cotidiana como para el trabajo diario. Por eso, uno de los principales retos de las empresas y trabajadores es prevenir y minimizar cualquier posible accidente en el puesto de trabajo. Así lo manifiesta Asepal, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, con motivo del Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición que se celebra el 3 de marzo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2050, una de cada diez personas tendrá pérdida auditiva. Estos datos confirman que en la sociedad presente se origina una gran cantidad de sonidos que provocan contaminación sonora y, además, producen daños irreparables en la salud y en la calidad de vida de las personas.
En este sentido, según datos publicados en el estudio ‘Hábitos de los Españoles en relación a su Audición”, el 30% de la población española afirma que sonríe y disimula cuando, en una conversación, no escucha bien a su interlocutor, un 36 % pide disculpas por no oír y un 50 % solicita a su interlocutor que repita lo que ha dicho.
Desde Asepal saben que la exposición al ruido es algo cotidiano, y más si se vive en unas grandes urbes. “Actualmente, la sociedad sufre en muchas ocasiones niveles superiores de ruido que no solo perjudican al sistema auditivo, sino que también pueden causar la aparición de otras enfermedades secundarias”, comenta Luis Gil, secretario general de Asepal.
Aunque los sonidos pueden ser agradables, a partir de cierto nivel, pueden convertirse en sensaciones molestas. En dicho momento, se convierten en ruido, y suponen un problema para la salud.
En relación a esto, los efectos de cualquier ruido sobre la salud auditiva van desde los puramente fisiológicos como la hipoacusia (pérdida de audición) hasta efectos psicológicos menos evidentes, como el aumento del estrés, produciendo una alteración tanto en la vida cotidiana como en el rendimiento laboral. De hecho, la hipoacusia es una de las enfermedades profesionales más habituales en Europa, según datos de la Agencia Europea de Salud y Seguridad en el Trabajo.
¿Cuándo se debe usar protección auditiva?
De forma habitual, el uso de EPI (equipo de protección individual) debe ser el recurso al que acudir cuando hemos realizado la correspondiente evaluación de riesgos. Desde Asepal insisten que cuando los trabajadores están expuestos a un posible peligro por ruido, se debe evaluar el nivel de ruido existente, y compararlo con los límites establecidos en el Real Decreto 286/2006, sobre protección de los trabajadores contra la exposición al ruido.
¿Hay límites en la atenuación acústica?
Desde Asepal insisten en la importancia de evitar tanto la subprotección como la sobreprotección. En un escenario de subprotección el usuario puede quedar expuesto a los efectos perniciosos del ruido; pero ante una eventual sobreprotección, el usuario puede sufrir de una sensación excesiva de aislamiento o no poder oír señales o avisos de emergencia.
En definitiva, se debe evitar situaciones en las que el nivel de presión sonora en el interior de la oreja del usuario exceda el nivel nacional que da lugar a acción (85 dB(A) en el caso de España), o que este nivel sea 15 dB (A) menor que este nivel.
Desde Asepal aconsejan en formar adecuadamente, además de la necesidad de que se realice una adecuada evaluación de riesgos de las tareas que realiza cada trabajador según el puesto de trabajo, ya que tras dicha evaluación se determinan las medidas de protección a implementar, tanto de carácter colectivo como individual. “Debemos tener presentes que los niveles de seguridad para todo tipo de EPI vienen determinados por los requisitos esenciales de salud y seguridad definidos según la normativa, los cuales fijan unos estándares mínimos de seguridad muy altos para todo tipo de EPI, independientemente de su categoría”, concluye Luis Gil.
Aspeal
5/04/2020