En la actualidad, los casos de Trastorno del Espectro Autista (TEA) van en aumento, de hecho una de cada 68 personas son diagnosticadas al año en nuestro país. Los datos ponen de relieve así que el autismo es todo un reto para la sociedad y que su prevalencia se está convirtiendo en un problema de salud pública.

"La falta de diagnóstico entre las mujeres con autismo las hace más invisibles". Así de contundente se mostró ayer Joana Maria Andrés Tauler, responsable de Docencia y Formación Continuada del Área de Psiquiatría Infantil de Son Espases, quien participó junto a María Pazos Arciniega, orientadora educativa y directora del Equipo de Evaluación de las Dificultades de Socialización y Comunicación (EOEP EADISOC) en la jornada sobre el TEA organizada por La Asociación Asperger de Balears en el Club de este diario.

"El autismo es una discapacidad social que no se ve, es difícil de identificar y reconocer", señaló Andrés. Un diagnóstico que según explicó, entre las mujeres se complica. Solo "a una de cada cuatro hombres" se le llega a detectar, puntualizó. Esto sucede principalmente debido a la existencia de problemas a la hora de evaluar a las niñas, a trastornos asociados y también a las estrategias de camuflaje que utilizan. Las familias suelen normalizar conductas cuando las niñas son pequeñas, los pediatras atienden únicamente su salud física, pueden sufrir anorexia o bulimia, depresión y además imitan gestos y formas de actuar observando a la gente y al entorno, de modo que "no desarrollan su verdadera personalidad porque siempre están actuando", ahondó la psiquiatra. Todos estos motivos hacen que el autismo entre las mujeres esté "infradiagnosticado", lo que dificulta de forma notable sus vidas, ya que se sienten incomprendidas e incluso fuera de lugar.

María Pazos, por su parte, explicó a los asistentes a la conferencia, organizada en el marco de la semana del Asperger, cuyo día internacional es el 18 de febrero, cómo es la intervención desde el ámbito escolar. Así, especificó que en Balears son 1.899 los jóvenes diagnosticados con autismo y que, a pesar de que el EOEP EADISOC participa en la detección del TEA entre los alumnos, insisten en acudir a los centros escolares para "sensibilizar a los docentes" y que sean ellos quienes sepan cómo intervenir.

"Lo ideal sería que un equipo como el nuestro desapareciera, que los profesores supieran trabajar con niños TEA y supieran cómo actuar", señaló.

Lo que tanto Andrés como Pazos quisieron dejar claro es que las personas con autismo simplemente tienen una manera de organizarse diferente. "No son ni mejores, ni peores, es como adaptarse a Android o a iOS", dijo la psiquiatra haciendo una analogía entre el TEA y los dos sistemas operativos

Diario Mallorca
20/03/2020