Los hombres y los niños con autismo tienen menos neuronas en la amígdala cerebral, parte del cerebro relacionada con la emoción y la memoria, informaron investigadores estadunidenses.
El equipo de la Universidad de California en Davis observó los cerebros de nueve niños y hombres autistas, de entre 10 y 44 años, y los comparó con los cerebros de 10 varones que no padecían la enfermedad.
Los investigadores contaron el número de neuronas para ver si las células cerebrales eran más pequeñas o se presentaban en menor cantidad en el grupo de pacientes con autismo.
En un artículo en Journal of Neuroscience, David Amaral, del Instituto de Investigación Médica de Desórdenes del Desarrollo Neurológico de la casa de estudios de Davis, y la graduada Cynthia Mills Schumann dijeron que encontraron muchas menos neuronas en el cerebro de las personas con autismo.
"Una posibilidad es que haya siempre menos neuronas en la amígdala cerebral de las personas con autismo. Otra es que ocurra un proceso degenerativo más adelante en la vida, que conduzca a la pérdida de neuronas", dijo Schumann en un comunicado.
"Son necesarios más estudios para precisar nuestros hallazgos", agregó la especialista.
Aislamiento y conductas perjudiciales
En mayo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades revelaron que hasta uno de cada 175 niños de Estados Unidos padecía autismo, enfermedad que puede causar desde el aislamiento social y conductas perjudiciales hasta, en algunos casos, retraso mental.
"Si bien sabemos que el autismo es un desorden del desarrollo cerebral, determinar dónde, cómo y cuándo el cerebro autista desarrolla la anormalidad ha sido un misterio", dijo en un comunicado el doctor Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, que financió el estudio.
"Este nuevo descubrimiento es importante porque demuestra que la estructura de la amígdala cerebral es anormal en los autistas. Junto con otros hallazgos sobre el mal funcionamiento de la amígdala, la investigación comienza a hacer más cercana la base cerebral del autismo", agregó Insel.
Los neurólogos creen que la amígdala cerebral es importante en el autismo porque genera respuestas emocionales apropiadas y ayuda al cerebro a procesar los recuerdos, que son la clave para el aprendizaje social.
"Estamos en los estadios tempranos de la comprensión del autismo y sus patologías neurológicas. Este es claramente un proceso con muchos pasos y, al menos ahora, estamos un escalón más adelante", concluyó Amaral.
La Jornada
20/07/2006