Desarrollar actuaciones de carácter global e interdisciplinar dirigidas a la prevención, detección, diagnóstico y abordaje terapéutico de los trastornos de desarrollo del niño en proceso de crecimiento y de las situaciones de riesgo social y biológico que puedan alterar dicho proceso.
Este es el principio que rige la actividad de la Unidad de Atención Infantil Temprana de Gijón (UAIT) que, a tenor de los resultados, ha constatado que el 80% de los casos que reciben se detectan a partir del año de edad. Concretamente durante el pasado año la unidad atendió a 124 menores, de los que 116 corresponde a edades que superar los 13 meses de vida. El número de solicitudes nuevas registradas el pasado año fue de 84.
La directora de Atención a Mayores, Discapacitados y Personas Dependientes, María Jesús Elizalde, explicaba que el mayor volumen de casos se sitúa entre los 13 y los 24 meses de edad, tramo que aglutina al 40% de los usuarios. En cuanto al sexo, a pesar de ser minoría, el 54% de menores atendidos fueron varones, frente al 46 de las niñas.
La UAIT de Gijón, ubicada en El Llano --calle Pedro Pablo-- cuenta con ocho trabajadores especializados en áreas como la psicología, psicomotricidad, estimulación, fisioterapia y logopedia. La estimulación temprana fue el tipo de tratamiento más solicitado, al que se sometieron más de 60% de los casos. De todas formas, el 65% de los niños atendidos recibieron tratamientos desde más de un área de atención.
DERIVACIONES Pero esta unidad no atiende al total de niños que presentan trastornos de desarrollo, que en su mayoría son detectados desde el sistema sanitario. Gracias a un convenio con Asociación de Paralíticos Cerebrales (Aspace), la UAIT de Gijón también deriva niños al Centro Angel de la Guarda, que en el 2005 se ocupó de 18 casos, además de recibir seis nuevas solicitudes.
En ambas unidades de atención temprana, la mayoría de los niños se enfrenta a un riesgo biológico, mientras que el riesgo ambiental y social es minoritario. El mayor porcentaje de los usuarios presentan dificultades en el desarrollo evolutivo --principalmente motor y del lenguaje--, mientras que los problemas de comunicación, sensoriales y de tipo cognitivo son menos frecuentes.
Además de las intervenciones con los niños para "detectar aquellos factores que puedan incidir negativamente en el desarrollo y poder así intervenir rápidamente para anular o minimizar sus efectos", señaló la directora de la unidad, Laura Cavada, también es muy importante el "trabajo con los padres". En ese sentido, Elizalde destacó la relevancia de "transmitirles pautas de afrontamiento".
La voz de Asturias
17/07/2006