Cada niño o niña tiene su propio ritmo en lo que respecta al aprendizaje cuando llegan a la etapa escolar; sin embargo, Carmen comenzó a preocuparse cuando su pequeña hija tenía dificultades para reconocer ciertas letras o palabras, leía con inseguridad y muchas veces no era capaz de comprender un texto sencillo.
Por lo que la pequeña escolar fue llevada a un especialista, quien luego de diversas pruebas dio el diagnóstico: dislexia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el rasgo principal de este trastorno es una dificultad específica y significativa en el desarrollo de las habilidades para la lectura, que no necesariamente se relaciona con la edad mental, problemas de precisión visual, o una escolarización inadecuada.
Noviembre es el mes de la concientización de la dislexia, para que cada vez más personas se enteren de que esta alteración del desarrollo afecta entre 3% y 6% de la población escolar en el mundo, y en la República Bolivariana de Venezuela 30% de los casos que se atienden por fallas escolares presentan esta condición.
Manifestaciones. De acuerdo con información obtenida del Centro Terapias del Desarrollo, dirigido por la especialista en alteraciones del neurodesarrollo, Rusdeiba Agelvis, la dislexia se caracteriza por problemas con el reconocimiento de palabras en forma precisa o fluida, mal deletreo y poca capacidad ortográfica.
Una persona con dislexia comete omisiones de una o varias letras dentro de una palabra, de una o varias sílabas, de una o varias palabras dentro de una oración o párrafo al leer o escribir. También comete rotaciones, es decir, la escritura de letras, sílabas o palabras en posición de espejo.
En este sentido, la psicopedagoga Laura Pérez explica que la niña o el niño con dislexia se le dificulta seguir el ritmo de sus compañeros de clase en lo que se refiere a lectura, escritura, comprensión, memorización, léxico y además confunden la derecha y la izquierda.
Asimismo, explican que cuando surgen problemas de aprendizaje suelen atribuirse a problemas visuales e incluso auditivos, cuando en realidad es dislexia, la cual no tiene nada que ver con el nivel de inteligencia y aunque no desaparece con el crecimiento, hay estrategias de los especialistas y docentes que ayudan a manejar la situación para salir adelante.
Uno de los aspectos que precisa Pérez es que la dislexia varia de un niño a otro; existen diferentes tipos con diversos grados de intensidad, por lo que no se puede generalizar, porque mientras a unos se les dificulta la lectura o el deletreo, otros muestran debilidades en la escritura y el lenguaje.
No obstante, señala que una manifestación inequívoca de esta condición es la imposibilidad o poca capacidad de conectar las letras con sus sonidos para poder leer palabras, lo cual empieza a evidenciarse desde la etapa del preescolar.
Terapias. Cuando ya la dislexia se ha diagnosticado, debe comenzar un trabajo de estimulación cognitiva entre un especialista y el docente, contando con el apoyo de los padres o representantes del niño o niña afectada.
El Centro Terapias del Desarrollo tiene tratamientos de última generación para tratar la dislexia, ya que trabajan en las áreas cerebrales a través de una técnica de estimulación sensorial sonora para niños con o sin alteraciones del desarrollo neurológico denominado método Tomatis.
Con el procedimiento mencionado se utiliza un audífono especial con sonidos aéreos y óseos que transmiten una vibración en la parte superior del cráneo y el pabellón de la oreja, para reeducar la manera en que se escuchan y perciben los mensajes en nuestro ambiente y para propiciar que el pequeño afectado por este trastorno cree una conciencia del sonido de cada letra.
De acuerdo con la edad del niño, el Centro Terapias del Desarrollo ofrece las siguientes recomendaciones:
. En la primera infancia se deben medir los niveles de conciencia fonológica (cuando el niño está aprendiendo las vocales y sílabas).
. A partir de los 3 años de edad es recomendable practicarle un examen oftalmológico y repetirlo a los 6 años para el ingreso al primer grado, ya que la dislexia interviene en el procesamiento perceptivo en el que la visión es el sentido fundamental.
. Una vez cumplidos los 6 años de edad, el niño puede ser evaluado desde el punto de vista neuropsicológico y así determinar si tiene riesgo de continuar con la alteración para iniciar el proceso de estimulación temprana y mejorar el pronóstico.
.Luego de los 8 años de edad es que podría constatarse, según los test para dislexia y de neurología infantil, si el niño presenta la condición. En este sentido, la psicopedagoga Laura Pérez resalta que el éxito de cualquier tratamiento para un paciente disléxico se sustenta en la detección temprana, producto de una minuciosa observación y posterior evaluación, a fin de lograr el tratamiento adecuado para cada caso.
Los especialistas coinciden en que no existe una cura para la dislexia, pues es un trastorno que se mantiene a lo largo de toda la vida, debido a que influyen diversos factores que perjudican el funcionamiento del cerebro. Sin embargo, la mayoría de los niños y niñas pueden tener éxito en la escuela con ayuda de un programa especializado y el apoyo emocional de los familiares.
Datos
-No es una afección neurológica, sino que involucra el desarrollo del cerebro.
-Sólo usan el hemisferio cerebral derecho para procesar datos lingüísticos.
-Los problemas se centran en la escritura, el habla y la comprensión de la lectura.
-Una dislexia no tratada en la niñez se mantiene en la edad adulta.
Causas de la dislexia
-Lesiones cerebrales. Se pueden ver afectadas áreas relacionadas con la comprensión lectora.
-Causas neurológicas. Tienen lugar cuando, pese a no producirse problema intelectual alguno, el paciente experimenta una menor actividad cerebral de lo que se considera como habitual en una persona sin problemas de lectura.
-Componente genético. Cuando hay antecedentes de familiares que padecen dislexia, la persona tendrá más probabilidad de padecerla.
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10/01/2020