Test de aprendizaje y personalidad se realizan aquí. Centro de Neurociencias de U. Católica equipado para labor en neurosicología y neuroeducación. “Freud”, “Skinner”, “Piaget”, “Watson”, “Juan Enrique Azcoaga”... con estos nombres han sido bautizadas las cabinas del laboratorio de Neurociencias Cognitivas de la Universidad Católica de Cuenca, destinado a la investigación científica y psicoterapia, en su campus de Miracielos, Ricaurte.
La idea del laboratorio, que incluye una Cámara Gessel, surgió en 2016 por iniciativa del docente Édgar Curay, como un laboratorio de Neuroeducación, propuesta hoy ampliada. Una “Docimoteca” o sala para “Sicometría” donde se guardan y aplican test sobre aprendizaje y personalidad es la primera sección de este laboratorio para las carreras de Sicología Clínica y Educación, explica Pedro Carlos Martínez, director del Centro de Investigación de Neurociencias.
Un proyecto de investigación en Neurosicopedagogía para niños con discapacidad, en coordinación con la Unidad de Apoyo a la Inclusión Educativa, (de la misma alma mater y que atiende a unos 3.000 niños), fue el primero en ejecutarse y dio lugar a ponencias en congresos internacionales.
Con los test de Sicometría de que disponen (20 baterías neurosicológicas y 187 pruebas) se puede determinar, con personal especializado, si un alumno tiene dificultades de aprendizaje o algún problema neurológico. Hay también programas de intervención sicopedagógica para problemas de hiperactividad, déficit de atención, etcétera.
Otra sala de observación y experimentación, con roedores, está destinada a la demostración de la educación “conductista”, la forma más básica del aprendizaje: por la asociación (“condicionamiento clásico”) y por las consecuencias de la conducta (“condicionamiento operante”). Aquí cabe también, el aprendizaje por la observación de la conducta de otros.
En la “Sala Rapport”, (clima de confianza, en el lenguaje sicológico), del laboratorio, dominan los juguetes y otros medios de distracción y esparcimiento. Su objetivo es que la persona que va a pasar una evaluación sicológica o pedagógica tenga, previamente, la atmósfera de máxima confianza. (AVB)-(I)
Cámara Gessel
La Justicia las usa para identificar delincuentes sin que vean al testigo, gracias a un cristal transparente solo de un lado. Pero en laboratorio universitario, su Cámara Gessel servirá para evaluación sicológica, sicoterapia, entrevistas, terapia familiar y, con equipos a instalar a futuro, incluso un polígrafo que puede plantear si la persona está mintiendo, a base de registrar sus parpadeos y temperatura nasal.
Del otro lado de la pantalla, mediante tres cámaras, micrófonos y sensores, se monitorea la conducta de la persona evaluada, si acaso se está anticipando o actuando y también se valida cómo procede el evaluador, a fin de que la prueba aplicada dé resultados más fiables. (AVB)-(I)
Mercurio
2/12/2019