La Fundación Síndrome de Down de Madrid (Down Madrid), ante las dificultades que presentan las personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual para leer y escribir, ha puesto en marcha la adaptación de un método de lectoescritura con el objetivo de fomentar la capacidad lectora y la creatividad, dos ámbitos fundamentales para su inclusión social, cultural, laboral y su autonomía personal.
Con frecuencia, según indica Down Madrid en una nota, las personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual tienen dificultades en la compresión lectora y en la escritura, habitualmente su ritmo de aprendizaje en estos ámbitos es diferente al de las personas sin discapacidad y necesitan dedicarle más tiempo. Además, continúa la entidad, necesitan un mayor número de apoyos por distintas vías sensoriales para adquirir este aprendizaje.
Para fomentarlo, Down Madrid decidió emplear un método que contase con los recursos técnicos y humanos suficientes y el tiempo de dedicación necesario. De este modo, la entidad adaptó un método de lectoescritura sintético que partiese de elementos más simples para llegar a unidades más complejas, fonético -es decir, que enseñase el sonido de cada letra- y multisensorial -que introdujese actividades para conseguir la entrada de información por el mayor número de canales posible- para reforzar los aprendizajes.
Los profesionales de la fundación analizaron el diseño y aquellos aspectos que para ellos eran fundamentales como la fonética o el apoyo con signos, entre otros, de métodos como Pipe, cuyo objetivo es conseguir una lectura funcional, que finalmente se descartó porque consideraron que era menos trasladable a todas las edades al contar con ilustraciones infantiles. Así, tras esta evaluación, se decantaron por realizar una adaptación del método Chino-Chano.
Método
El método que la fundación ha creado tras la adaptación de Chino-Chano consiste en un sistema de lectoescritura cuya finalidad es aumentar y compensar las dificultades de comunicación y lenguaje mediante sistemas de símbolos gráficos (fotografías, dibujos, pictogramas, palabras o letras), gestuales (mímica, gestos o signos manuales) y productos de apoyo como recursos tecnológicos o libros de comunicación. Con este método, las personas con discapacidad intelectual cuentan con un material que no solo hace que trabajen la lectoescritura, sino que también aprenden habilidades metalingüísticas, vocabulario o morfosintaxis, entre otras.
Asimismo, dispone de unas fichas de cada una de las letras del abecedario con las que hacer un trabajo progresivo con el que aprenden la asociación grafema-fonema, lectoescritura de sílabas, lectoescritura de palabras con la letra trabajada y lectura y escritura de pequeñas oraciones. Las directoras de los colegios Carmen Fernández-Miranda y María Isabel Zulueta, dos logopedas, una maestra de educación especial, una maestra de audición y lenguaje y una orientadora han sido las encargadas de crear este método adaptado.
Estas profesionales también decidieron que la tipografía que se utilizará en este método es la Sarakanda, diseñada por Alejandro Valdez y dirigida a niños con dislexia. El objetivo de utilizar esta tipografía es diferenciar de una forma muy explícita aquellas letras que las personas con dislexia distinguen con dificultad. Esta letra tiene un ligero parecido a la escritura manual, los caracteres están inclinados dos grados, algo que refuerza el sentido natural de la lectura y los brazos centrales de algunas mayúsculas están ligeramente inclinados, lo que rompe la simetría horizontal y facilita la lectura.
Además, el método se ha enriquecido con una organización visual en las fichas, el aumento de las actividades tipo, es decir, aquellas que fomentan las competencias básicas de las personas, y la incorporación de un programa de conciencia fonológica que trata sobre la capacidad de reflexionar y manipular los segmentos del lenguaje oral, como son los fonemas, sílabas y palabras, en ausencia del lenguaje escrito. Asimismo, el sistema cuenta con apoyos fonéticos de signos que se pueden hacer con una sola mano y se aprenden de forma simultánea las mayúsculas y las minúsculas.
Este método, según apunta Down Madrid, se empezará a utilizar por primera vez en este nuevo curso y la idea es ver cómo evoluciona su desarrollo, qué se consigue con su uso, cómo mejora la capacidad lectora y la escritura de los niños y cuáles son los resultados que se obtienen. Si estos resultados son los esperados, este método se compartirá y se divulgará en otros colegios.
El economista
1/12/2019