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Por primera vez, científicos de Northwestern Medicine han identificado la localización de las redes neuronales disfuncionales que conducen a una deficiente producción de oraciones y búsqueda de palabras, en la afasia progresiva primaria, una forma de demencia en la que los pacientes a menudo pierden su lenguaje, en lugar de su memoria o su procesamiento mental.
Con este descubrimiento, los científicos han dibujado un mapa que ilustra tres regiones cerebrales que fallan en comunicarse entre ellas, lo que inhibe la producción del habla, la búsqueda de palabras y la comprensión oral. Por ejemplo, algunas personas no pueden conectar palabras para formar frases, otras no pueden nombrar objetos o comprender palabras simples como “vaca” o “mesa”.
El mapa puede ser utilizado para apuntar a esas regiones cerebrales con terapias, como la estimulación magnética transcraneal, para potencialmente mejorar el habla de la persona afectada. Las zonas afectadas son: la circunvolución frontal inferior, el giro temporal medio y el lóbulo temporal anterior.
“Ahora sabemos dónde dirigirnos en el cerebro para mejorar el habla afectada”, comenta el autor principal, Dr. Borna Bonakdarpour, profesor asistente de neurología en Feinberg School of Medicine’s Cognitive Neurology and Alzheimer Disease Center de Northwestern University.
La afasia progresiva primaria tiene lugar en pacientes con desórdenes neurodegenerativos, incluyendo el Alzheimer y la degeneración frontotemporal. Las interacciones entre tres regiones principales del cerebro son las responsables de cómo procesamos las palabras y las frases. La afasia surge cuando existe una falta de conexión entre estas tres áreas. Los diferentes patrones de fallo de conexión entre estas regiones pueden causar distintos subtipos de afasia progresiva primaria.
Este estudio se hizo en 73 pacientes, reclutados entre una larga lista de personas con afasia progresiva primaria en el Cognitive Neurology and Alzheimer Disease Center, uno de los mayores centros del mundo de este tipo. Se utilizó resonancia magnética funcional, monitorizando la actividad cerebral y los flujos de sangre, para localizar las regiones cerebrales que se comunicaban o no. Esto es algo que no puede hacerse con resonancia magnética estructural.
Investigaciones anteriores habían utilizado resonancia magnética estructural para localizar sólo regiones del cerebro que se habían atrofiado, y los científicos no sabían claramente cómo el deterioro fisiológico en estas regiones se correlacionaba con los síntomas que experimentaba un paciente. Este estudio es novedoso porque ha examinado las regiones cerebrales que todavía eran funcionales (no se habían atrofiado) y se centró en las redes entre las regiones funcionales para ver si se conectaban o no. Esto permitió a los científicos correlacionar las áreas funcionales del cerebro con los síntomas de los pacientes con afasia progresiva primaria.
“Anteriores estudios centrados en cambios estructurales del cerebro funcionaban como la arqueología, y los científicos localizaban áreas del cerebro que ya habían muerto”, comenta Bonakdarpour. “Pero nosotros observamos partes del cerebro que aún están vivas, y resulta mucho más sencillo centrarse en ellas para tratarlas”.
Bonakdarpour y sus compañeros de estudio han comenzado a probar la estimulación magnética transcraneal en las tres regiones cerebrales afectadas en individuos sanos, con el objetivo de aplicar los conocimientos generados en pacientes con afasia progresiva primaria, en un futuro ensayo clínico.
Northwestern University
11/09/2019