“Blue” y “Rocío” trabajan para el fiscal de Distrito Isidro Alaniz, pero su labor no es llevar delincuentes a la prisión, es mucho más importante… ellos curan las almas de las víctimas de abuso.
“Blue” es un hermoso caballo cuarto de milla de 12 años y “Rocío” es una yegua de 15, también cuarto de milla, y juntos son los estrellas del programa Freedom Riders de la Fiscalía de Distrito de Webb y Zapata.
Este programa fue creado en el 2014 para dar equinoterapia a menores de edad víctimas de violencia doméstica, abuso sexual y negligencia, como una alternativa diferente para reducir sus traumas, sus depresiones, su baja autoestima y su alma destruida.
“Nuestro objetivo en Freedom Riders es curar el alma de las víctimas, sanar sus daños emocionales, ayudarles a reintegrarse a sus vidas con el menor daño posible”, dijo el fiscal “Chilo” Alaniz.
En casi cinco años, por este programa han pasado 250 niños y niñas, quienes lograron elevar su autoestima, tener más confianza en sí mismos y aliviar sus depresiones.
El equipo está integrado por Liza Mims, terapeuta profesional y experta en equinoterapia con una maestría; por Raúl Coss, también terapeuta y experto en caballos, así como por “Blue” y “Rocío”.
HISTORIA DE FREEDOM RIDERS
El Fiscal de Distrito dijo que desde niño siempre sintió fascinación por los caballos y poco después de cumplir 30 años hizo realidad su sueño de tener sus propios equinos. Sin embargo, sus ocupaciones como funcionario le restaban tiempo para dedicarlo a ellos e inclusive pensó en venderlos.
Un buen día del año 2013 llegó hasta su oficina Liza González Mims, estudiante de terapia infantil y quien le propuso la idea de establecer un programa de equinoterapia, lo cual le encantó porque se trataba de ayudar a víctimas de delitos y segundo porque involucraba a caballos.
Varios meses después, Liza se certificó como instructora y terapeuta profesional con caballos y el fiscal Alaniz decidió crear una organización no lucrativa llamada Freedom Riders, organismo que se mantiene de donaciones privadas y actividades especiales para recaudar fondos.
Alaniz donó sus tres caballos, “Blue”, “Rocío” y “Diesel”, aunque éste último falleció hace tiempo y luego se unió Raúl Coss para formar un gran equipo de trabajo.
VÍCTIMAS DE ABUSO
Liza Mims dijo que este programa trabaja de la mano con Casa Misericordia, con el Centro Contra el Abuso Infantil y con la propia Fiscalía de Distrito para recibir niños víctimas de diferentes tipos de abuso, que requieran ayuda de terapia.
A través de cinco sesiones semanales de una hora cada una, los niños comienzan desde cero en su relación con los caballos.
”Los enseñamos a tocarlos, a conocerlos, comienzan a crear un vínculo muy especial porque los caballos son muy nobles y hasta parece que sienten el dolor de estos niños, al cabo de cinco semanas ya los montan”, mencionó.
El fiscal Alaniz mencionó que es mágico ver cómo en solamente cinco semanas los niños que llegan cabizbajos, con la mirada en el suelo y desechos por dentro, comienzan a reír, a tener confianza y hasta a hablar con los caballos y a mejorar la comunicación con las personas.
Raúl Coss, a quien también le encanta trabajar con caballos, dijo que es increíble ver la ayuda que los equinos dan a los niños víctimas de abuso porque cuando llegan son muy tímidos, no ven a las personas a los ojos y luego de trabajar con “Blue” y con “Rocío”, sus vidas cambian por completo.
“Se crea una relación muy especial niño-caballo, estos animales sienten la tristeza de los niños y saben que su misión es curarles el alma”, afirmó.
Alaniz destacó que trabajar con los caballos es muy seguro para los niños, pues siempre están supervisados por los terapistas expertos en caballos y hasta ahora no se ha registrado un solo accidente en las terapias.
Además, los equinos están entrenados para estas terapias y esto, aunado a su nobleza natural con los niños, hacen del programa uno de los más seguros para los infantes.
CASOS MÁS FUERTES
Aunque en sus sesiones de equinoterapia jamás se habla de los casos, los menores adquieren más confianza en sí mismos y mejoran la comunicación con los adultos por lo que esto se traduce en casos más fuertes en las cortes para castigar a quienes los lastimaron.
“Cuando llegan a la corte estos niños ya tienen más seguridad, más confianza en sí mismos, se quitan culpas y ayudan a los fiscales a tener casos más fuertes”, explicó el Fiscal de Distrito.
Resaltó que los adultos que abusan de los niños causan un daño terrible y por eso en Freedom Riders el enfoque es aliviar su alma, sanar su espíritu y hacerlos más fuertes.
“Por eso el trabajo de ‘Blue’ y ‘Rocío’ es tan importante y me da mucho orgullo ponerlos a participar en desfiles, ellos son parte de mi oficina y tienen un rol muy importante, son las estrellas de Freedom Riders”, manifestó el fiscal Alaniz.
El programa se desarrolla en un rancho ubicado 18 millas al noroeste de Laredo por la carretera 83 norte, en instalaciones facilitadas por el laredense Jorge Guitérrez y en este lugar viven “Blue” y “Rocío”, que tienen a una persona que los asea, los alimenta y los cuida.
“Todos los servicios que damos son gratuitos, lo único que pedimos a los padres o tutores de los niños es que los traigan hasta este lugar”, afirmó.
Como toda organización no lucrativa, Freedom Riders necesita de apoyos y donativos de personas de buen corazón y quienes quieran ayudar pueden llamar al teléfono (956) 602-5958 con Liza Mims.
Y mientras la ayuda siga llegando, “Blue” y “Rocío” trabajarán sin descanso para sanar las almas de niños que fueron destruidos por la maldad de adultos abusadores, para que puedan seguir sus vidas y “cabalguen” hacia un mejor futuro… hacia su libertad.
El Mañana
22/08/2019