La enseñanza universitaria francesa está abriendo progresivamente sus puertas a los alumnos con discapacidad, según informa el diario "Le Figaro".

La ley establece la obligación para los centros universitarios públicos del país vecino de adaptar los exámenes a las necesidades de los alumnos con discapacidad, y cada vez son más las universidades privadas que ofrecen estas adaptaciones.

Entre ellas, cabe citar la posibilidad de disfrutar de tiempo extra para realizar exámenes y de la ayuda de asistentes, así como de distribuir los exámenes de una asignatura a lo largo de varios años, o la exención de determinadas pruebas.

La legislación gala también reconoce el derecho de los alumnos con discapacidad visual a disponer de exámenes transcritos al braille. El ministerio de educación galo está estudiando la posibilidad de tener en cuenta las necesidades de los alumnos con dislexia, y en breve podría permitirles utilizar correctores de ortografía en los exámenes.

A pesar de ello, sigue siendo elevado el número de estudiantes con discapacidad que renuncian a cursar estudios universitarios largos. Actualmente de los 37.000 alumnos de bachillerato con discapacidad, menos de 9.000 proyecta cursar estudios superiores.

El desconocimiento de la discapacidad y la falta de voluntad sigue dificultando la aplicación de la normativa de accesibilidad en el ámbito docente, segun señalan los propios afectados.

"A veces nos entregan una hoja de mayor tamaño pero el texto no ha sido ampliado, otras veces las aulas son accesibles pero hay que subir escaleras para ir a los lavabos", subraya una alumna universitaria con discapacidad visual.

Estas dificultades hacen que algunos abandonen sus licenciaturas durante el primer año, aunque organizaciones como el Servicio de Integración Escolar y Universitaria de Nancy, reconocen que la situación actual es mucho más favorable que hace 20 años.

Servimedia
13/06/2006