El “estrés acústico” o “trauma acústico” es un trastorno que padecen personas expuestas a ruidos intensos, constantes, no esperados y no tolerables por los sentidos. Nuestro oído está capacitado para oír sin sufrir daño hasta 85 decibeles (unidad que mide la intensidad del ruido), cuando supera este nivel se lesiona.
El profesor doctor Carlos Kukso, a cargo de la 1º Cátedra de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, plantea que “el trauma acústico es individual y depende del tiempo de exposición a los valores que dañan el oído. El mismo tiene dos dimensiones: el daño producido en la audición y el trastorno psicológico que depende de la personalidad del afectado”.
“Este trastorno puede ser agudo o crónico. En el primer caso, el individuo está expuesto a un ruido de intensidad máxima que le produce una pérdida auditiva que puede ser reversible y sensación de abombamiento en los oídos (por ejemplo una explosión). El segundo caso refiere a la exposición de ruidos en forma habitual y continua que superan los decibeles tolerables”, agrega el especialista.
Agm
9/06/2006