La Carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica de Chile se encuentra trabajando en el diseño de un instrumento para cuidadores de personas con demencia para detectar la presencia de disfagia o dificultad para tragar en esta población. El estudio se desarrolla junto al Instituto Nacional de Geriatría.
La disfagia orofaríngea ha sido reconocida recientemente como un síndrome geriátrico. Esta condición se sabe que puede presentarsede un 16 a un 33% en la población sana mayor a 80 años, cifra que se eleva, llegando hasta 84 y 93% en personas mayores con demencia, motivando a la Carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica de Chile a generar un instrumento que permita su detección temprana para brindar apoyo en caso de ser necesario a paciente y cuidadores, que pueden incluir adecuaciones en la alimentación y rehabilitación oportuna. La herramienta se aplicará en el Instituto Nacional de Geriatría y en la Unidad de Geriatría de la Red de Salud UC Christus.
La disfagia se encuentra codificada en el CIE 10,donde se la describe como una dificultad para tragar. Personas mayores con disfagia no tratada se exponen a una serie de consecuencias, entre ellas, desnutrición y deshidratación, que los exponer a hospitalización y muerte si no se detecta y entrega el apoyo especializado que necesitan. Javiera Fernández, investigadora responsable del estudio en la carrera de Fonoaudiología UC, comenta que es común escuchar a familiares y cuidadores de personas mayores indicar que éstos se atoran durante las comidas, lo que constituye una señal de alerta que puede indicar que se ha instalado un cuadro de disfagia. “El paso de los años genera cambios esperados en el proceso deglutorio, dejando más vulnerable a la población mayor a que se genere esta alteración que los hace más propensos a desarrollar patologías de alto riesgo como neumonía por aspiración u obstrucción de la vía aérea”, precisa Fernández.
Se denomina presbifagia a los cambios en la deglución que se considera parte del envejecimiento normal, la disfagia en cambio, es una condición patológica, aunque no siempre es detectada a tiempo, situación lamentable considerando que una oportuna intervención permite hacer las modificaciones necesarias para proteger a quien presenta disfagia y evitar complicaciones como las que se pueden presentar por infección en el sistema respiratorio.
“En la población mayor sin enfermedad asociada, sabemos que entre un 10 a 20% puede presentar disfagia, es por esto que lo primero que hicimos fue validar un cuestionario llamado Eating Assessment Tool 10 (EAT-10), para que cualquier persona mayor sin deterioro cognitivo lo responda y pueda consultar a un fonoaudiólogo en caso de presentar un puntaje que indique que se encuentra en riesgo de presentar disfagia”, puntualizó la investigadora.
Continuando esta línea de trabajo, la especialista explica que ese mismo instrumento se ha modificado y adaptadopara ser aplicado en cuidadores de personas mayores. Esto debido a que, si a un adulto mayor se le agrega una condición de salud como es un trastorno neurocognitivo mayor, conocido como demencia, el riesgo de presentar disfagia aumenta considerablemente. Añade que, dado el impacto que tiene en la salud de las personas mayores una disfagia, que no ha sido detectada ni tratada, es que urge incluir estos instrumentos de fácil aplicación como protocolo de evaluación en atención primaria de salud en la población mayor.
La fonoaudióloga insiste en la importancia de identificar oportunamente cualquier problema para tragar y comer, mediante esta batería de preguntas directas al paciente en el caso de personas que puedan responder de forma confiable o a su cuidador. El objetivo del estudio es que el cuestionario aplicado a cuidadores identifique a personas con demencia que presentan disfagia.
“Actualmente, las personas no tienen acceso asegurado a evaluación, ni a tratamiento de disfagia de forma preventiva en los centros de adulto mayor en nuestro país, debido a que esto no es una política pública. Estamos tratando de generar consciencia al respecto, debido a que es un problema de salud tremendamente importante que puede llevar a una peor calidad de vida e incluso la muerte de las personas mayores”, sostiene Javiera Fernández.
Al diagnosticarse una disfagia, todo paciente debe ser evaluado por un fonoaudiólogo que determine el status del cuadro y solicite exámenes complementarios en caso de ser necesario. Una vez confirmado el diagnóstico, se inicia una rehabilitación con un fonoaudiólogo para determinar si es posible continuar con alimentación vía oral o si hay que apoyarlo con alguna alimentación complementaria o educar a la familia respecto a la condición en la que se encuentra el paciente.
En el caso de personas con demencia, éstas se enfrentan a un cuadro de deterioro progresivo e irreversible, pese a ello, mediante un buen manejo de la disfagia, es posible evitar una gastrostomía o sistema de alimentación alternativo enteral. Se persigue reforzar adaptaciones a la dieta y educar respecto a la forma yel momento de la alimentación oral en base a las características de cada paciente. El tratamiento se lleva a cabo por un equipo interdisciplinario que incluye el apoyo de nutricionista, médico de cabecera y fonoaudiólogo. En el caso de otras enfermedades como accidente cerebro vascular o Parkinson, una adecuada rehabilitación es altamente probable que permita que el paciente vuelva a comer sin problemas.
Para Nadia Castañeda, coinvestigadora del estudio y fonoaudióloga del Instituto Nacional de Geriatría, el valor de la investigación es altísimo, ya que el Instituto cuenta con una Unidad de Neuro-Psicogeriatría, que atiende pacientes con demencia que presentan disfagia asociada, por lo que este instrumento permitirá hacer una pesquisa temprana de las dificultades en la deglución de esta población, para hacer las derivaciones correspondientes y manejar trastornos desde el inicio, evitando complicaciones como las neumonías, la baja de peso, entre otras. “Por ahora trabajamos en la toma de muestras, la evaluación del marco teórico y la consulta a expertos en instrumentos de medición. Este es todo un hito, ya que nuestro Instituto es referente nacional y tratamos un amplio número y tipo de diagnósticos que van desde alteraciones respiratorias, infecciones urinarias, cardiacas, especialidades ambulatorias y rehabilitación funcional”, precisó Castañeda.
Las expectativas del estudio están en crear un instrumento que pueda ser una herramienta para ser aplicada por cualquier profesional de la salud, o incluso familiares preocupados por el bienestar de personas con demencia, no solo para fonoaudiólogos, sino que para otros profesionales que atienden este tipo de pacientes, de modo de hacer una pesquisa temprana, aplicar adecuaciones ambientales y fortalecer la educación a familiares de modo de facilitar el manejo de estos pacientes y prevenir las consecuencias de una disfagia no tratada.
Ilustrado
12/07/2019