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Entre un 5% y un 8% de la población mayor de 60 años sufrirá algún tipo de demencia

Un anciano entró un día en la consulta de un médico para curarse una herida. Tenía mucha prisa. Llegaba tarde a la cita diaria con su mujer. El médico le preguntó si su mujer se preocuparía si llegaba tarde. Él le respondió:-No, ella ya no sabe quién soy. Hace casi cinco años que no me reconoce. -Entonces, ¿por qué sigue yendo todas las mañanas si ni siquiera sabe que es su marido? El anciano miró al médico con una sonrisa y le dijo: –Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sí sé quién es ella y siempre le querré.

Esta historia parece sacada de una película pero es la realidad que viven todos los días los familiares de personas con Alzheimer, el tipo de demencia más extendido en todo el mundo. Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población mayor de 60 años sufrirá algún tipo de demencia.

El doctor Giménez, Director Médico de IMED Valencia, nos ha acompañado en Plaza Radio para ayudarnos a entender y a ayudar a las personas que la padecen y nos ha dado un poco de esperanza sobre el futuro de estas enfermedades que no solo afectan al cerebro de las personas que lo sufren sino al corazón de todos los que estamos alrededor de ellas.

Lo primero que debemos saber sobre la demencia es que no constituye una enfermedad en particular, sino que hace referencia a un grupo de síntomas que afectan la memoria, la capacidad para pensar o desenvolverse socialmente de un modo tan fuerte que interfiere en la vida diaria. Si bien la demencia generalmente conlleva pérdida de memoria, esta puede atribuirse a otras causas. De modo que la pérdida de memoria en forma aislada no significa que tengas demencia. La demencia es un síndrome clínico caracterizado por un deterioro persistente y adquirido de las funciones cerebrales superiores (memoria, lenguaje, orientación, cálculo o percepción espacial, comportamiento, pensamiento abstracto, capacidad de juicio...). El deterioro de estas funciones conlleva una pérdida de la autonomía del enfermo, que se va haciendo cada vez más dependiente de los demás para la realización de las actividades de la vida diaria. Asimismo, se produce un deterioro de su actividad social, laboral y de ocio.

Los casos de demencia se incrementan de forma exponencial con la edad, pudiendo llegar a considerarse una epidemia a nivel mundial en los próximos años debidio al envejecimiento progresivo de la población. Las estadísticas muestran que la demencia constituye la principal causa de discapacidad y dependencia en el anciano, y conlleva una morbimortalidad muy importante, lo que supone un coste económico, social y sanitario de primera magnitud, que principalmente recae en los familiares.

En el mundo entero hay unos 50 millones de personas que padecen demencia y cada año se registran cerca de diez millones de casos nuevos. Hay múltiples causas de demencia. La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente, suponiendo entre un 60% y un 70% de los casos. Hay demencias que son progresivas e irreversibles como la provocada por el Alzheimer. Se suele dar en las personas mayores de 65 años y, si bien la causa del de Alzheimer se desconoce, suelen encontrarse placas y ovillos en los cerebros de las personas con esta enfermedad. Las placas son depósitos de una proteína denominada beta amiloide, y los ovillos son fibrosos y están compuestos por la proteína tau. Algunos factores genéticos pueden hacer que algunas personas tengan más probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer.Otras causas frecuentes de la demencia son la de origen vascular, la demencia por cuerpos de Lewy y la demencia frontotemporal.

Hasta un 13% de los trastornos similares a la demencia tiene una causa que se puede curar con tratamiento como las infecciones y trastornos inmunitarios que presentan síntomas similares por fiebre u otros efectos secundario. Los trastornos, como la esclerosis múltiple, que surgen por el ataque del sistema inmunitario a las neuronas pueden causar demencia. Los problemas metabólicos y anomalías endocrinas con problemas tiroideos, bajo nivel de azúcar en sangre, niveles muy bajos o muy altos de sodio o calcio o una capacidad alterada de absorción de la vitamina B-12 pueden padecer signos parecidos a la demencia u otros cambios en la personalidad. Las deficiencias nutricionales como resultado de no beber suficientes líquidos, no contar con suficiente tiamina que es frecuente en personas con alcoholismo crónico y no incorporar suficientes vitaminas B-6 y B-12 en la alimentación también pueden verse afectados por esta dolencia. Pueden ocurrir síntomas similares a la demencia como una reacción a un solo medicamento o a una interacción de varios de ellos. También el sangrado entre la superficie del cerebro y su cobertura que ocurre con frecuencia en las personas de edad avanzada después de una caída. La exposición a metales pesados, como el plomo, y a otros productos tóxicos, como los pesticidas o el uso de drogas recreativas pueden provocar sintomatología pero pueden desaparecer con tratamiento.

Los síntomas de la demencia varían según la causa pero hay unos signos frecuentes que nos deben poner en alerta. En primer lugar se aprecian unos cambios cognitivos como pérdida de memoria, que normalmente la detecta la pareja u otra persona, dificultad para comunicarse o para encontrar un vocabulario adecuado, para razonar o resolver problemas, para realizar tareas complejas así como confusión y desorientación. Cosas que antes hacíade forma habitual ahora “se le hacen un mundo”, señala el doctor Giménez.

En cuanto a los cambios psicológicos aparecen cambios en la personalidad, depresión, ansiedad, comportamiento inadecuado, paranoia, agitación, alucinaciones En cuanto se presenten alguno de estos síntomas hay que acudir al médico.

Hay muchos factores, como la edad, los antecedentes familiares o el síndrome de Down que pueden provocar demencia y no se pueden evitar. Otros se pueden tratar para reducir el riesgo. En cambio, otros factores de riesgo de demencia sí se pueden controlar como el consumo excesivo de alcohol ,factores de riesgo cardiovasculares, la depresión, la diabetes o la apnea del sueño.

No existe una forma segura de prevenir la demencia, pero si hay algunas medidas que dificultan su aparición . Las actividades que estimulan la mente, como leer, resolver rompecabezas y crucigramas y el entrenamiento de la memoria, pueden retrasar el comienzo de la demencia y disminuir sus efectos. La actividad física y las interacciones sociales ayudan a retardar el comienzo de la demencia y a disminuir los síntomas. Se deben hacer al menos 150 minutos de ejercicios por semana.

Por otra parte, algunos estudios han demostrado que fumar en la madurez puede incrementar el riesgo de demencia y las afecciones de los vasos sanguíneos. Dejar el tabaco puede reducir los riesgos.Asimismo, las investigaciones sugieren que es más probable que las personas con bajos niveles de vitamina D en la sangre padezcan la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. La vitamina D se obtiene a través de ciertos alimentos, suplementos y exposición al sol. Se deben realizar más estudios antes de recomendar un aumento de la ingesta de vitamina D para prevenir la demencia, aunque es una buena idea asegurarse de que ingieres la cantidad suficiente. Además, la presión arterial alta puede producir un riesgo mayor de algunos tipos de demencia. Una alimentación rica en frutas, vegetales, cereales integrales, ácidos grasos omega 3 que se encuentran frecuentemente en ciertos pescados y frutos secos puede mejorar la salud y disminuir el riesgo.

La demencia puede afectar a muchos sistemas y aparatos del organismo y, por lo tanto, a la capacidad de funcionamiento. La demencia puede provocar que muchas personas que padecen demencia con el tiempo reducen o suspenden la ingesta de nutrientes. En última instancia, es posible que no puedan masticar ni tragar. La dificultad para tragar aumenta el riesgo de asfixiarse o aspirar alimentos hacia los pulmones, lo que puede obstruir la respiración y provocar neumonía. A medida que la demencia avanza, puede afectar la capacidad de realizar diversas tareas, como bañarse, vestirse, cepillarse el cabello o los dientes, ir al baño sin ayuda y tomar los medicamentos correctamente.Algunas situaciones cotidianas pueden presentar problemas de seguridad para las personas con demencia como, por ejemplo, conducir, cocinar y caminar solo. La demencia en etapa terminal provoca el coma y la muerte, a menudo por infección.

ValenciaPlaza
23/04/2019

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