El estudio, que salió a la luz en la revista PLOS One, es el primero en mostrar niveles detectables de la toxina, comúnmente llamada BMAA, en cerebros de delfines que también registraron un daño degenerativo similar al Alzheimer, la enfermedad de Lou Gehrig y el Parkinson en humanos.
Pese a que se necesita mayor trabajo para determinar si las toxinas causan la enfermedad, el estudio determina que los delfines y sus complejos cerebros podrían proporcionar una pieza clave para la potencial amenaza de la proliferación de algas tóxicas para los humanos y las cuales han coontaminado las aguas de la Florida
“No es demasiado político, pero muestra la salud de los animales marinos y la calidad del agua“, dijo David Davis, autor principal y un neuropatólogo de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami. “Todo está directamente relacionado”.
Más de 150 delfines fueron encontrados muertos en las playas de Florida durante la crisis de las algas en agosto pasado, pero los científicos no pueden decir si la enfermedad de Alzheimer fue la razón por la que se vararon. El devastador suceso hizo que el nuevo gobernador del estado Ron DeSantis ordenara la creación de un grupo de trabajo para hacer frente a las floraciones dañinas de algas azul-verdoso justo después de que asumiera el cargo.
Se espera que el contingente se cree después que se seleccione un director científico, otra posición creada por DeSantis, dijo la portavoz del Departamento de Protección Ambiental, Dee Ann Miller. El director científico debería ser nombrado en las próximas semanas, dijo.
Hace dos años, los investigadores de la UM confirmaron los altos niveles de toxinas de algas en los tiburones, concluyendo que los grandes depredadores del océano de larga vida acumulan la toxina en sus cerebros con el tiempo y advirtieron contra el consumo de tiburones.
Miami Diario
12/04/2019