Entre el 14% y el 20% de los alumnos con altas capacidades intelectuales añaden a ésta otra necesidad educativa como déficit de atención por hiperactividad, dificultades del aprendizaje o trastorno autista, lo que "dificulta aún más su detección e intervención", según la psicopedagoga Mónica Fernández.

El grupo de investigación de altas capacidades del Colegio de Pedagogos de Catalunya, que coordina Mónica Fernández, ha elaborado un estudio sobre este fenómeno, conocido como 'Doble Excepcionalidad' y que "en España aún está poco estudiado", ha explicado Fernández en un entrevista con Efe.

El estudio "Altas capacidades y otros transtornos: la doble excepcionalidad" es una investigación documental cualitativa hecha a partir de la bibliografía de otros países donde la 'Doble Excepcionalidad' está más documentada, ha detallado Fernández.

Las altas capacidades "pueden ser más o menos reconocidas" entre el profesorado pero si les añadimos "algunos desórdenes de aprendizaje, quedan enmascaradas", ha alertado.

El objetivo de la docencia es que todos los alumnos "alcancen su máximo potencial" y por ello el trabajo quiere ser una guía que ayude a identificar a los alumnos doblemente excepcionales y que facilite su intervención educativa, ha argumentado la experta.

Entre los alumnos con doble excepcionalidad, los más numerosos son los que suman altas capacidades y Transtornos del Aprendizaje (TA) como dislexia o discalculia, según el estudio.

Al no resolver estas habilidades consideradas básicas y, por tanto, "no responder al estereotipo de estudiantes con altas capacidades", los docentes "tienden a acusar a estos alumnos de no esforzarse suficiente", advierte el trabajo.


Según la guía, los rasgos que caracterizan a la mayoría de estos alumnos son habilidad de razonamiento abstracto, sofisticado sentido del humor con dominio de metáforas, analogías y sátiras.

Otros de sus rasgos son perfeccionismo, amplia variedad de intereses y mucha frustración y ansiedad derivados de la distancia entre su expectativa de logros y la ejecución final.

Al evaluarles, al margen de las altas capacidades se deberían hacer pruebas específicas para la dislexia y la discalculia valorando cualitativamente las respuestas, recomienda el documento.

El estudio propone valorar la capacidad de estos alumnos por encima de las dificultades y orientarles para compensarlas.

Por su parte, los alumnos con TDAH, si presentan altas capacidades, controlan mejor su atención y ante estímulos motivadores se concentran durante un tiempo considerable y de manera productiva, revela el trabajo.

Estos alumnos pueden sufrir depresión, dificultad para ser aceptados, sentimientos de exclusión y normalmente su rendimiento académico será muy inferior al de su potencial de aprendizaje, según el estudio.

Por contra, suelen ser alumnos muy creativos en los que la identificación temprana es crucial, advierte la experta.

Mantener expectativas elevadas en estos alumnos que aumenten la confianza en sí mismos y utilizar las TIC porque "normalmente son área de interés para ellos" son algunas recomendaciones.

Los alumnos con altas capacidades y Transtorno del Espectro Autista (TEA) presentan un amplio manejo del vocabulario, dificultad con el pensamiento abstracto y preocupación por los demás a pesar de ser críticos con ellos mismos, destaca el estudio.

Estos alumnos procesan la información de una manera lenta, obsesiva y sobreexcitada, y tienen bajo autocontrol y autoconfianza.

Para tratarles, el informe recomienda potenciar las habilidades sociales, establecer una rutina en clase y recursos como trabajar la ironía escrita en los cómics u obras de humor.

La Vanguardia
21/02/2019