La música es capaz de cambiar la atmósfera de una sala de quimioterapia y hacer que las horas eternas se vuelvan más cortas. Que un enfermo de la unidad de psiquiatría vuelva a conectar con la vida. O que una persona con daño cerebral siga el ritmo de una canción.
Lo sabe bien María Carrión, fundadora y presidenta de Músicos en Acción, una asociación sin ánimo de lucro que pretende mejorar la calidad de vida de los enfermos a través de la musicoterapia. «Creemos que la música es una forma de transmitir alegría, magia, ilusión. Por eso queremos acercarla a quienes más lo necesitan para mejorar su ánimo y bienestar».
Carrión y su equipo de musicoterapeutas y voluntarios llevan sus instrumentos y melodías a los hospitales y centros de discapacitados de la Comunidad de Madrid, por donde despliegan todo su buen hacer. «El pilar fundamental de Músicos en Acción son nuestros músicos. Tenemos una extensa lista de profesionales y de voluntarios que son nuestro mayor activo», señala Carrión.
Niños, adolescentes, adultos
En los once años que llevan funcionando han llevado a cabo talleres de musicoterapia con neonatos, con niños, adolescentes y adultos ingresados con enfermedades graves o, incluso, en paliativos… Los beneficios en todas las franjas de edad son muy numerosos. «La respuesta fisiológica, de hecho, es palpable prácticamente al momento. En los bebés prematuros –explica Carrión– está demostrado que esta terapia logra mejorar el nivel de oxígeno en sangre y reduce la frecuencia cardíaca, como certifican los médicos que lo presencian en el hospital». «Con los pequeños pacientes ingresados con enfermedades graves, donde las medicinas y las batas blancas ocupan el espacio, conseguimos unas sonrisas que lo dicen todo», añade.
Expresión de emociones
La organización realiza sesiones de forma semanal en la unidad de Psiquiatría del hospital Infanta Sofía de Madrid donde la música, una vez más, es la protagonista. «En las últimas jornadas hemos trabajado con música del siglo XX, basando cada taller en un estilo concreto. Actualmente estamos con un proyecto de pop y los pacientes están respondiendo de maravilla. Ellos son los responsables de crear la letra de una canción, totalmente nueva y compuesta para esta ocasión por los musicoterapeutas. Todos participan activamente en el proceso creativo y el ambiente, desde el punto de vista clínico, está mejorando notablemente gracias a nuestro trabajo. Los pacientes utilizan las canciones, sobre todo, para la expresión de sus emociones», aclara Ana María Martínez Ropero, música de la fundación.
Con la discapacidad
El otro gran proyecto es el taller semanal en la Fundación Jardines de España, que dirige Ana Martín Villa, donde el principal objetivo es realizar musicoterapia para adultos con discapacidad intelectual y otras limitaciones asociadas. «La intención es rehabilitar, desarrollar o restablecer la comunicación a través de patrones musicales, siendo la música la forma más accesible para usuarios con discapacidad», explica Martínez Ropero. «Con ellos trabajamos la expresión emocional, el respeto de turno, la comunicación grupal, tolerancia al otro, el control de la respiración, el equilibrio, el ritmo, la deglución, la relación y la creatividad, entre otros».
«Desde la fundación creemos que los beneficios que aporta esta disciplina en los distintos ámbitos en los que trabajamos son realmente asombrosos. Nos lo dicen los propios médicos, psicólogos, psiquiatras y enfermeros, que a veces no se lo pueden casi creer. La aceptación por parte de todos es increíble», concluye Carrión.
Aim
5/01/2019