La Asociación Catalana de la Dislexia ha recibido cerca de 700 quejas desde el inicio de curso de familias a cuyos hijos disléxicos no se les aplica en los colegios el Plan Individualizado (PI) y la correspondiente adaptación metodológica que este transtorno del aprendizaje requiere.

El presidente de la asociación, Lluís Darribas, ha reconocido a Efe que la normativa catalana que regula la atención educativa al alumnado con transtornos del aprendizaje "es bastante buena" y prevé que a los alumnos con dislexia, que es "el trastorno de aprendizaje más prevalente" se les aplique un PI en la escuela, que implican cambios metodológicos y no de contenidos.

El problema nace de la "falta de transparencia" del portal Red Telemática Educativa de Cataluña, que es donde aparecen las instrucciones de inicio de curso, en el que "no queda claro que estos planes de deban aplicar" ha explicado Darribas.

Esta "falta de claridad" ha provocado que "muchos docentes se nieguen a dispensar a estos alumnos la adaptación metodológica que requieren", mientras que hasta el curso 2016-17, las instrucciones en el mismo portal "eran muy claras y no dejaban lugar a dudas".

Desde la asociación, Darribas ha explicado que las quejas se trasladan a las direcciones de los centros respectivos, que "paradójicamente se muestran al lado de las familias", y a pesar de ello los docentes "siguen sin aplicar los PI".

El problema afecta sobre todo a la etapa de secundaria, "cuando el alumno está sujeto a la sensibilidad del profesor de turno", ya que en primaria los docentes "están más sensibilizados" según Darribas.

Para solventar esta situación, Darribas ha reclamado "que se explique bien a los profesores qué es la dislexia", ya que "sólo necesita una adaptación metodológica que es de fácil aplicación".

En el mismo sentido se ha manifestado la pedagoga y profesora de la Universitat Rovira Virgili Monica Caselles que lleva años trabajando con niños con dislexia y que ha señalado como "crucial" la etapa de secundaria, donde los docentes "son poco conocedores de la diversidad para atender las dificultades en el aula".

Los profesionales de secundaria "son buenos especialistas y seguramente imparten bien sus materias, pero no tienen la preparación ni muchas veces la sensibilidad" para atender la diversidad, ha indicado la especialista.

Esto puede desembocar en "inseguridad en los alumnos adolescentes, para quienes es muy importante lo que el resto de la clase piense de ellos" e incluso en "fracaso escolar" si no se les aplica la "metodología adecuada" ha afirmado Caselles.

Si un niño no ve bien, la adaptación metodológica consiste en acercarlo a la pizarra y en aconsejar a sus padres que lo visite un oftalmólogo, ha ejemplificado Caselles.

Sin embargo, en el caso de la dislexia, el transtorno es "más invisible" y una detección e intervención "a tiempo" pueden paliar este trastorno crónico, han afirmado las neuropsicólogas y profesoras del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Andrea Palacio y María Garau, quienes consideran "vital una intervención precoz" para paliar los síntomas de la dislexia.

Las expertas han afirmado que cuanto antes se trata la dislexia, mejores son los pronósticos del niño, si bien recuerdan que "se nace con dislexia y se muere con dislexia".

Aunque "nunca se eliminará del todo", la sintomatología de la dislexia "se puede mejorar con una intervención precoz" ya que los patrones de activación cerebral pueden cambiar, sea porque se activan las áreas del cerebro que antes de la intervención no se activaban, o bien porque se activan otras áreas que permiten compensar las dificultades del niño, ha detallado María Garau.

Según estas expertas, aunque los síntomas más claros de dislexia aparecen a los 5 o 6 años, cuando el niño aprende a leer y escribir, en edades más tempranas, a los 3 o 4 años, ya se pueden detectar algunas señales de sospecha

La Vanguardia
23/11/2018