Uno de cada cinco estudiantes se ve afectado por una forma más o menos grave de dislexia, que le impide interpretar textos escritos correctamente o sin obstáculos. Un trastorno que a menudo se confunde con dificultades en el proceso de aprendizaje, comprometiendo así el proceso educativo. En España la dislexia afecta aproximadamente a 700.000 escolares. Afortunadamente, la tecnología puede ser útil y ofrecer soluciones prácticas.
Microsoft es la primera gran empresa en el mundo de la alta tecnología que respalda el compromiso de Made by Dyslexia, una organización activa en la difusión de información correcta sobre el fenómeno. El grupo de Redmond ha anunciado su intención de retocar los contenidos, los productos y las búsquedas de Microsoft Education para garantizar el acceso completo a las personas con dislexia.
El compromiso de Microsoft, también se enfoca a la formación del profesorado y el aprendizaje de los estudiantes afectados por la dislexia. Por un lado, con la difusión de materiales y herramientas elaborados para educadores, docentes y profesores, para identificar el problema con antelación en los niños, a fin de intervenir con enfoques específicos y resolutivos.
Por otro lado, la compañía fortalecerá la plataforma educativa Flipgrid, con la disponibilidad de Immersive Reader: una aplicación que ayuda a los estudiantes a mejorar la lectura y la escritura. Mediante el uso de la herramienta de lectura inmersiva se puede mejorar el aprendizaje de textos escritos (también en otros idiomas gracias al traductor) y problemas matemáticos.
Entre las iniciativas puestas en marcha por Microsoft, está la integración de la posibilidad de dictado por voz, ya presente en las versiones de escritorio de los programas, también en las versiones en línea de Word y OneNote, accesibles desde cualquier navegador. En 2019, la característica debutará también en Excel, Outlook y PowerPoint. Los usuarios podrán procesar un texto con su propia voz, en lugar de tener que usar el teclado.
Es un soporte útil no solo para quienes padecen dislexia, sino también para aquellos afectados por disgrafia o problemas de movilidad. Finalmente, la colaboración con el Brain Development & Education Lab de la Universidad de Washington conducirá al desarrollo de aplicaciones para comprender mejor la pronunciación de las palabras más complejas. Forma parte de esta visión la implementación del sistema OCR de Microsoft en la aplicación Office Lens, disponible para Android e iOS.
La Vanguardia
10/11/2018