La federación de personas sordas Faspas plantea sus reclamaciones ante la Comisión de Discapacidad de las Cortes regionales. Insisten en que precisan más apoyos en la educación o en elementos necesarios para su vida diaria como las prótesis auditivas
El presidente regional de la federación, Víctor García González, manifestó que pese a los avances en la integración de las personas sordas, unas 160.000 en Castilla-La Mancha, quedan cosas por hacer a fin de que puedan integrarse en la vida cotidiana. Puso como ejemplo el uso de subtítulos en audiovisuales, ya prácticamente habitual en las televisiones pero aún no generalizado en cines.
Por su parte, el gerente de la entidad, Pablo Avilés, insistió en la necesidad de mayores apoyos al colectivo sordo. Así, recordó que los audífonos sólo están subvencionados hasta los 16 años, y con una cuantía muy inferior a su precio de mercado, por lo que reclamó que el Estado vaya sufragando estos dispositivos a lo largo de la vida del sordo, y que se generalicen dispositivos en edificios para su mejor funcionamiento como el bucle magnético, fijando el ejemplo de que la sala de comisiones de las Cortes carecía de este equipo.
Cerró la comparecencia de la federación la joven sorda Natalia López, quien contó su experiencia en la escuela y la universidad hasta conseguir un trabajo de docente. Señaló que "un niño sordo tiene que trabajar el doble" para lograr los objetivos respecto a otro sin discapacidad, y señaló que a lo largo de su vida ha tenido que ir dando a conocer su discapacidad para ir contando con ayuda a la vista de sus limitaciones sensoriales. Criticó, entre otras cosas, que el Gobierno regional haya tenido en cuenta un cupo de discapacitados en oposiciones pero no en bolsas de interinos, lo que hizo que tuviera que irse a trabajar a la vecina Comunidad de Madrid. Por último, reiteró las críticas a la falta de financiación pública para las prótesis auditivas de los sordos adultos. "Casi me hipoteco para poder oir", manifestó recordando que un audífono, que deben renovarse periódicamente, cuesta unos 4.000 euros.
La tribuna
24/10/2018