Investigadores del Institut de Biotecnologia i de Biomedicina (IBB) de la Universitat Autònoma (UAB) han hallado una molécula, una proteína muy pequeña, con capacidad para inhibir el comienzo del parkinson, frenar el desarrollo de enfermedad e incluso recuperar las neuronas dañadas.
“La SynuClean-D, que es como hemos llamado la molécula, es muy prometedora. Hemos comprobado su funcionamiento en unos gusanos que tienen neuronas dopaminérgicas, las que se dañan en el parkinson, idénticas a las humanas, y ahora lo haremos en un modelo de ratón específico para parkinson. Nos queda mucho para llegar a un fármaco, pero es una gran esperanza de tratamiento para una enfermedad ahora incurable”, explica Salvador Ventura, el director de la investigación. El hallazgo se publicó ayer en la revista PNAS.
El equipo de Ventura ha realizado una ardua búsqueda de moléculas que consiguieran actuar sobre la proteína que se cree desencadena el parkinson, la alfa-sinucleína. Hay ya varias conocidas que actúan de alguna forma, pero ellos pretendían dar con una que fuera capaz de tres acciones: evitar la agregación de la proteína que forma los cúmulos que dañan las neuronas dopaminérgicas, su proliferación y la recuperación de esas neuronas dañadas.
“Analizamos unas 14.000, porque esta proteína no tiene estructura, es como un hilo, y es muy difícil detectar una molécula que actúe sobre ella”, explica Ventura. “Hallamos 40 que inhibían la proteína desencadenante y hemos patentado cuatro que cumplen ese triple papel. Y la SynuClean-D es la que mayor potencial tiene para convertirse en lo que buscamos, un fármaco efectivo para el parkinson”, explica satisfecho el director de la investigación.
“Es muy bonito. Nuestros gusanos tienen seis neuronas dopaminérgicas que son iguales que las humanas, aunque en nuestro cerebro hay millones. Cuando expresamos en ellos la alfa-sinucleína, el gusano pierde el 85% de sus neuronas. Cuando le damos con la comida nuestra molécula, no sólo se detiene la enfermedad, sino que se recupera el 50% de las neuronas”.
Esta investigación tuvo la ayuda de La Marató de TV3 y la siguiente etapa contará con el apoyo de Caixaimpulse, un programa de acompañamiento y financiación para la traslación de investigación. “Probaremos la molécula en ratones, gracias al modelo de ratón que proporciona la fundación Michael J. Fox, que es específico para parkinson”, aclara el científico.
Si pasan esa barrera, podrán intentarlo en monos y de ahí a humanos. “Un largo camino que requerirá mucha financiación”.
Aunque hay casos entre personas de 40 años o incluso antes, el parkinson afecta a entre el 2% y el 5% de los mayores de 65 años. El daño en las neuronas produce una falta de dopamina que impide la transmisión de la información necesaria para la realización de movimientos.
La Vanguardia
2/10/2018