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Una investigación desarrollada por el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián y la Universidad galesa de Bangor ha demostrado que algunas combinaciones de bilingüismo, transmitidas desde edades muy tempranas, contribuyen a reducir los síntomas de este trastorno del lenguaje.
Una investigación desarrollada por el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián y la Universidad galesa de Bangor ha demostrado que algunas combinaciones de bilingüismo, transmitidas desde edades muy tempranas, contribuyen a reducir los síntomas de este trastorno del lenguaje.
Según informa el BCBL, una de las conclusiones de este estudio es que los niños disléxicos que aprenden a la vez un idioma que se pronuncia como se escribe, como el euskera o el castellano, y una segunda lengua como el inglés, en la que la misma letra puede tener varios sonidos, sufren menos esta alteración cuando leen o escriben en este último idioma.
La investigación, realizada con la participación de 60 adultos, muestra por primera vez que este trastorno de la lectura afecta con menor severidad a personas con esta combinación de bilingüismo que a las monolingües, ya que existe una transferencia entre idiomas que permite a un bilingüe apoyarse en los recursos que usa en una lengua para ayudar a procesar otra más compleja.
El objeto principal del estudio consistía en comprobar si un bilingüismo adquirido por niños que aprenden a leer en inglés y galés al mismo tiempo podía beneficiar a quienes sufrían dislexia evaluada en la lengua inglesa. "Y la respuesta es que sí", asegura la investigadora del BCBL Marie Lallier, una de las autoras del estudio.
La investigación se realizó con adultos que en su infancia crecieron con estos idiomas como lenguas maternas porque el galés es un idioma de los denominados "transparentes", pues sus letras siempre tienen el mismo sonido, al igual que ocurre con el castellano y el euskera. Sin embargo, el inglés, al igual que el francés, es considerado una lengua "opaca", en las que una misma letra puede tener varios sonidos al ser leída.
La dislexia es un déficit de la capacidad de leer que dificulta el aprendizaje y que afecta a entre el 3 y 10 % de la población. Su transmisión es en parte genética, y su diagnóstico se realiza en menores de entre 8 y 9 años, aunque los síntomas se manifiestan antes. Hasta el momento, la única forma de combatir la dislexia era a través de tratamientos precoces adaptados a la edad y síntomas del paciente.
La hipótesis, ahora confirmada, de la que partió el estudio planteaba que si un niño aprende un idioma "transparente" junto con otro "opaco", el primero contribuirá a ayudar a "la descodificación o la adquisición de la lectura del más complejo".
"Ahora los resultados han sido concluyentes, puesto que el déficit de lecto-escritura en inglés que sufrían las personas disléxicas que habían aprendido a hablar en galés e inglés era menos fuerte que el de quienes habían adquirido solo un idioma opaco. Una diferencia significativa y bastante clara", en opinión de Marie Lallier, quien considera "robusto" el resultado de esta investigación.
COPE
4/07/2018