Descifrar los misterios del cerebro es una tarea apasionante y a la vez crucial para entender patologías como la epilepsia o el Alzheimer y poder desarrollar tratamientos adecuados.
Con motivo de la 'semana del cerebro', siete ciudades suizas organizan actos para hacer partícipe a la población de los últimos avances científicos.
El cerebro es el centro de la actividad intelectual que nos permite hablar, pensar, recordar, pero también el órgano que regula cada movimiento de nuestro cuerpo y nos permite sentir placer, alegría, tristeza, dolor, miedo...
Sin cerebro no hay vida. Cuando éste deja de funcionar, los médicos hablan de 'muerte cerebral', porque en el fondo el paciente ha dejado de vivir, aunque algunos órganos de su cuerpo sigan 'vivos'.
Todo individuo puede sufrir un trastorno o una lesión cerebral en algún momento de su vida. Alzheimer, Parkinson, epilepsia, esclerosis múltiple, ictus cerebral son algunas de las patologías más graves que afectan al sistema central nervioso.
Afortunadamente, "la mayoría de la población tiene un cerebro sano, que es un órgano absolutamente fundamental para experimentar cosas muy positivas", puntualiza Pascal Zesiger, profesor en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Ginebra.
Sensaciones placenteras
Uno de esos aspectos positivos son las sensaciones de placer, lema que la Universidad de Ginebra ha elegido para el ciclo de conferencias sobre el cerebro. El psicoanalista Serge Stoléru, por ejemplo, explicará cómo se puede despertar deseo o excitación sexual en el hombre mediante la estimulación de diferentes zonas del cerebro.
Otros expertos hablarán de la interrelación que existe entre el rendimiento físico de un deportista y la actividad cerebral o de los avances en la neurociencia, una disciplina en la que "Suiza es competitiva, ya que dispone de algunos centros de investigación de renombre", precisa Pascal Zesiger.
El objetivo de estas jornadas divulgativas es "sensibilizar a un amplio público sobre el estudio del cerebro, pero también sobre los trastornos que afectan" a este órgano tan vital.
Las actividades están concebidas para un público general, pero se dirigen especialmente a los jóvenes, "porque son los adultos de mañana y nos parece fundamental mostrarles que el estudio del cerebro y su funcionamiento es sumamente importante para nuestra sociedad", apunta el experto.
Con ese fin las Facultades de Medicina, Ciencias, Psicología y Ciencias de la Educación, así como varios departamentos del Hospital Universitario de Ginebra recibirán la visita de estudiantes en edades comprendidas entre los 13 y 19 años que deseen familiarizarse con el tema.
Aprendizaje del lenguaje
Uno de sus interlocutores será Pascal Zesiger, especialista en la disciplina que estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta para entender los fundamentos neurobiológicos que la determinan: la neuropsicología.
Los trabajos del profesor ginebrino y su equipo se centran en el desarrollo del lenguaje en el niño. "Intentamos entender cómo un niño 'normal' llega a hablar y a entender el lenguaje y por qué razones algunos niños, desgraciadamente, tienen dificultad en ese aprendizaje", explica.
Uno de esos trastornos es la dislexia, muy frecuente en niños que tienen antecedentes familiares. "Cuando estudiamos los casos de bebés cuyo padre o madre son disléxicos, observamos que ya en el momento de nacer tratan los sonidos del lenguaje de forma diferente que otros bebés", anota.
Como la dislexia sólo se suele diagnosticar a los ocho o nueve años, cuando los niños se inician en la lectura y la escritura, estos conocimientos "nos permiten intervenir a tiempo y trabajar con el niño antes de que sufra las dificultades y acompañarlo en el proceso de aprendizaje".
Mente y cuerpo
Aunque el pensamiento occidental está marcado por la gran distinción filosófica entre la mente y el cuerpo, "nuestro cerebro está continuamente en contacto con nuestro cuerpo", es decir, que no existe tal dislocación.
"Hay muchos estados anímicos que se desarrollan en nuestro cerebro, pero que van a repercutir sobre el resto de nuestro cuerpo", explica Zesiger. La mente "envía mensajes a nuestro cuerpo que determinan que nos sintamos alegres o tristes..."
Es uno de los motivos por los que cada vez se otorga una mayor importancia al origen psicosomático de algunas dolencias. "Creo que los efectos psicológicos tienen un papel importante en una serie de enfermedades, pero es un planteamiento simplista sostener que toda enfermedad tiene un origen psicosomático", concluye Pascal Zesiger.
swissinfo
29/03/2006