Una importante lista de comprobación utilizada para evaluar el autismo puede pasar por alto unas pistas sutiles en algunos niños, lo que retrasa el momento en que se les diagnostica al final.
Los investigadores encontraron que la Lista de verificación para el autismo en niños pequeños (M-CHAT, por sus siglas en inglés) puede fracasar en la detección de unos retrasos del desarrollo que son las señales características del autismo en los niños de 18 meses de edad, según los hallazgos publicados en la edición de junio de la revista Pediatrics.
Debido a esto, un pequeño porcentaje de niños pueden recibir un resultado "falso negativo" que luego se cambia por un diagnóstico de autismo, advirtió el investigador principal, Roald Oien, científico investigador visitante en el Centro de Estudios del Niño de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
"Esos hallazgos son importantes", aseguró Oien. "Muestran que incluso si esos niños pasan los criterios de este instrumento específico de evaluación y se les califica como que no tienen un riesgo de autismo, hay otras medidas que cuentan otra historia sobre ellos".
El estudio respalda la opinión de que el autismo incluye un amplio espectro de síntomas y conductas, algunas de las cuales podrían ser difíciles de capturar en un cuestionario, planteó el Dr. Daniel Coury, director médico de la Red de Tratamiento del Autismo de Autism Speaks.
"En la M-CHAT, hay muchas preguntas sobre lo que el niño hace y no hace. Y no es tan blanco y negro", dijo Coury. "Quizá debamos investigar formas de poder ver esto más claramente como un rango de capacidades. Es una respuesta de tipo 'a veces' o 'usualmente' en lugar de sí o no".
Las chicas con autismo, en particular, tienen unas conductas sociales distintas que podrían enmascarar su trastorno, encontraron los investigadores, según recoge un artículo del periodista especializado Dennis Thompson, publicado por HealthDay.
Las chicas en las que se determinó de forma incorrecta que no estaban en riesgo de un trastorno del espectro autista (TEA) tendían a tener menos inhibición social y miedo, unos rasgos que contradicen a la imagen típica de retraimiento de los niños con autismo, reportaron los autores del estudio.
"Como resultado de esto", comentó Coury, "no se retiran de los desconocidos y otros adultos tanto como los chicos con autismo. Esto podría obscurecer algunos de los demás síntomas que las ubican en el espectro autista".
Detectar el autismo temprano es importante para asegurarse de que los niños reciben toda la terapia posible, dijeron Oien y Coury. Una intervención temprana ofrece las mayores probabilidades de que un niño con autismo sea exitoso más adelante en la vida.
En el estudio, Oien y sus colaboradores se enfocaron en poco más de 68,000 niños noruegos que fueron evaluados a los 18 meses, y a quienes se consideró que no tenían un riesgo de autismo.
De esos niños, 228 recibieron luego un diagnóstico del trastorno, dijeron los investigadores.
El equipo de investigación comparó los cuestionarios M-CHAT completados por los padres de esos niños con otras evaluaciones de desarrollo y temperamento realizadas a los 18 meses de edad, para ver qué podría haberse pasado por alto.
Oien reportó que "incluso si esos niños no presentaban problemas específicos del autismo, tenían puntos atípicos en los hitos del desarrollo en comparación con los niños que fueron 'verdaderos negativos'".
De forma específica, los niños se retrasaron en la comunicación, la interacción social y las habilidades motoras finas, basándose en las respuestas que sus padres ofrecieron en las evaluaciones del desarrollo y del temperamento, descubrieron los investigadores.
Coury anotó que "los padres observaron esas diferencias y las reportaron en otros instrumentos de evaluación, pero el instrumento de evaluación del autismo no necesariamente las detectaba".
Las diferencias encontradas en las chicas podrían ayudar a explicar la amplia laguna sexual en las tasas de diagnósticos de autismo, planteó.
"A medida que nos hacemos más conscientes de este espectro, comenzamos a ver que hay muchas chicas que se han pasado por alto", añadió Coury. "El predominio actual de aproximadamente 4 a 1 entre chicos y chicas podría ser menos si detectáramos a más de esas chicas".
Oien dijo que estos hallazgos muestran que los médicos deben tomarse a los padres en serio si reportan que algún aspecto de sus hijos parece atípico.
"Es muy importante que no dependamos solo de instrumentos específicos para los TEA. Debemos considerar la preocupación de los padres como uno de los factores, y debemos ser sensibles y monitorizar el desarrollo de los niños en términos de los hitos", sugirió Oien.
Montevideo
29/05/2018