La Enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo que afecta al sistema nervioso central y que ocasiona, entre otros síntomas, una pérdida del control del movimiento, que puede llegar a ser invalidante y favorecer el aislamiento social. Por ello, este año la Federación Española de Parkinson quiere hacer un llamamiento a instituciones sanitarias, médicos y sociedad en general para que se adopten las medidas necesarias que faciliten la plena integración en el mundo laboral y social y que al mismo tiempo se profundice en el estudio de este trastorno con motivo de la celebración del Día Mundial del Parkinson, el próximo martes, 11 de abril.
“Creemos que la sociedad tiene aún mucho que aprender de la Enfermedad de Parkinson, así como los familiares y los propios afectados, por ello es fundamental este Día para dar a conocer las necesidades de las personas afectadas y problemas asociados a este trastorno”, afirma Carles Guinovart, presidente de la Federación Española de Parkinson (FEP).
“Muchos de los afectados por la Enfermedad de Parkinson (EP) se sienten rechazados, apartados y limitados, de modo que les ‘pesan’ más las consecuencias psicológicas que las físicas, de ahí que este año queremos insistir y conseguir una mejora en la integración social de las personas con Enfermedad de Parkinson. Para ello es esencial una buena educación sanitaria, rehabilitación física, terapia psicológica y realizar actividades de ocio que eviten el aislamiento”.
En este sentido la Dra. Àngels Bayés, de la Unidad de Parkinson Teknon de la Fundación de Neurocirugía Funcional de Barcelona señala que “el aislamiento, la soledad, la depresión, el bajo estado anímico o el abandono de actividades cotidianas por la enfermedad en estos pacientes es frecuente, constituyendo las dificultades comunicativas una de las principales causas”. Y es que a veces los pacientes se aíslan progresivamente al observar que no les entienden bien. Van evitando las salidas, reuniones sociales y restringiendo a los más íntimos la relación. De hecho, las circunstancias que envuelven a estas personas pueden favorecer un estado de ánimo depresivo.
“El abandono de las actividades cotidianas, a menudo viene condicionado por no poder seguir el ritmo a veces frenético que la sociedad impone. Según un estudio de Peterson et al (Med J Aust.), la EP es la responsable de que el 40% de los afectados se jubile prematuramente y que un 32% pierda su licencia para conducir”, explica la Dra. Bayés.
“Una mejor educación de los pacientes, profesionales sanitarios, familiares y sociedad en general sería crucial para mejorar esta situación”, subraya.
Agencias
23/03/2006