Investigadores de la Universidadde Northwestern han desarrollado un nuevo sensor que, adherido directamente a la piel de la garganta, se encarga de medir las vibraciones producidas por las cuerdas vocales. Asimismo, ayuda a evaluar como los pacientes tragan e identifica características del habla inusual que, a priori para el profesional sanitario, son difíciles de detectar.
El objetivo de este nuevo wereable es facilitar la rehabilitación de un paciente tras un accidente cerebrovascular, sobre todo, aquellos que han sufrido afasia.
La afasia es un trastorno del lenguaje caracterizado por la incapacidad o dificultad para comunicarse a través del habla o la escritura. Se produce tras un accidente cerebrovascular. Los investigadores ya habían trabajado en el diseño de micrófonos y softwares especiales para medir el habla. Sin embargo, este tipo de dispositivos no capta muchos de los matices de la voz.
"Nuestros sensores resuelven ese problema midiendo las vibraciones de las cuerdas vocales", afirma John Rogers, profesor de Cirugía Neurológicaen la Escuela de Ingeniería McCormick quien aclara que “solo funcionan cuando se usan directamente en la garganta, un área muy sensible de la piel”.
Junto con este dispositivo, los científicos han creado más sensores en las piernas, los brazos y el tórax para monitorizar la recuperación del paciente. "Con la monitorización que ofrecen estos sensores podemos intervenir en el momento adecuado, lo que podría conducir a una recuperación mejor y más rápida para los pacientes" explica Arun Jayaraman, profesor asociaciado de Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de Northwestern.
En este sentido los dispositivos, al ser inalámbricos, pueden ser utilizados por los pacientes tras abandonar el hospital, lo que permite a los médicos controlar su recuperación.
"Tener una comprensión detallada de los hábitos de comunicación de los pacientes fuera de la clínica nos ayuda a desarrollar mejores estrategias con nuestros pacientes para mejorar sus habilidades para hablar y acelerar su proceso de recuperación" señala Leora Cherney, profesora de Medicina Física y Rehabilitaciónde la Universidad de Northwestern.
Tras probar con éxito estos dispositivos en pacientes que han sufrido un ictus, los investigadores quieren probarlo en pacientes con párkinson.
Con Salud
21/03/2018