Para alguien que padece dislexia y que ha vivido siempre reñido con las letras, trabajar en el mundo de los libros podría parecer una utopía. No para William Grill, un joven soñador que se ha convertido en una estrella emergente en el sector del libro ilustrado británico durante los últimos años gracias a sus obras.
A sus 27 años, este joven ha transformado sus dificultades desde pequeño en un estímulo para convertirse en un ilustrador de renombre, algo que ni él mismo se podía llegar a imaginar. “Nunca pensé que se podía vivir de dibujar”, admite en varias entrevistas. Sus problemas para leer cuando era un niño le han incentivado para crear las obras más bellas, dibujando aquello que siempre hubiera querido leer.
Pese a su juventud, Grill ha publicado ya dos libros que le han catapultado hasta ser considerado por muchos como uno de los mejores ilustradores jóvenes en Europa. El primero, El viaje de Shackleton, narra cómo Ernest Shackleton y sus hombres lograron sobrevivir en su intento por cruzar la Antártida en 1914. Una historia que empezó a construir durante las últimas semanas de su tercer año en la universidad y que decidió mandar inacabada a una muestra de diseño, animado por su tutor. La anécdota simboliza el valor del esfuerzo en cualquier aventura emprendida. Como la que ejemplifica el libro, pero también su vida.
El segundo libro, Los lobos de Currumpaw, está basado en uno de los relatos de Ernest Thompson Seton, un cazador a quien un lobo le cambió la vida. Más allá de los libros, Hill ha participado en la prestigiosa revista Nobrow, ha trabajado para Harrods y sus ilustraciones han tenido presencia en periódicos como el New York Times.
Graduado en la Falmouth University, con su primer libro se convirtió en el ganador más joven de la prestigiosa medalla Kate Greenaway en 2015. Además, por su segunda obra, Hill ha recogido el Bologna Ragazzi Award en la categoría de no ficción. Logros que le afianzan poco a poco como una realidad en el mundo del dibujo.
Los reconocimientos pese a su breve trayectoria le han llegado a través de multitud de premios. Y 2014 fue su año de explosión. Mejor libro ilustrado por la revista New York Times, el Best Children’s Book o el Wall Street Journal Best Children’s Book son algunas de las evidencias de su categoría. Uno de sus secretos es la naturaleza. Criado en una zona rural, pasó mucho tiempo fuera, algo que le une al entorno natural casi de manera innata y que le inspira en sus creaciones.
En Dalston, un distrito al este de Londres en el que tiene su estudio, ha encontrado el clima ideal para llevar a cabo sus creaciones. Cuaderno en mano, se inspira en todo aquello que le rodea, trazando sobre el papel cada estímulo que despierta sus sentidos. Durante su día a día, acostumbra a tener varios proyectos freelance y da clases y workshops en colegios. Se aleja de la monotonía que podría amenazar su creatividad y su espíritu vitalista.
La suya es la historia hecha imágenes. Cuando las letras se convierten en formas. Grill está permanentemente despierto a cualquier detalle. Crear sus obras es algo que le lleva un tiempo, explica. Aunque siempre está dispuesto a encontrar un nuevo tema que le produzca ese cosquilleo en el estómago que le empuje a dibujar a todas horas.
La vanguardia
9/01/2018