Un psicólogo japonés descubre que el cerebro ha evolucionado “para detectar las esquinas con más eficiencia que las curvas”
Kohske Takahashi, profesor de psicología experimental de la Universidad japonesa de Chukyo, lo llama “ceguera por curvatura”. Esta ilusión óptica hace que los humanos (aunque no todos) intercambien automáticamente las líneas onduladas por esquinas. El cerebro detecta un cambio repentino de gris claro a gris oscuro y lo confunde con un ángulo agudo.
La teoría de Takahashi es que la mente humana habría evolucionado para detectar en ciertas circunstancias las esquinas antes que las curvas y, cuando se encuentra con situaciones confusas, opta por la primera. Lo que aún no ha logrado identificar el investigador japonés son los motivos que provocan esta circunstancia.
Para demostrar este fenómeno, según explica en un estudio publicado en la revista i-Perception , el psicólogo diseñó una imagen con distintos pares de líneas onduladas mezcladas, supuestamente, con zigzag sobre un fondo blanco, gris y negro. Aunque nuestro cerebro nos indica lo contrario, todas las líneas son curvilíneas, sin puntos agudos.
Todas las rayas tienen exactamente la misma forma: una curva sinusoidal. La “ceguera por curvatura” se da específicamente en las líneas donde los trazos grises claros y oscuros terminan en un pico o en un valle. Cuando las rayas cruzan el pico o el valle, el cerebro continúa viendo ondulaciones.
“Los mecanismos subyacentes que usamos para percibir una curva suave y los que utilizamos para una esquina obtusa compiten entre sí de forma desequilibrada y las percepciones de la esquina pueden ser dominantes en el sistema visual”, detalla el estudio.
Takahashi observa que esta ilusión óptica implica una sensación de profundidad. Las supuestas líneas en zigzag se parecen un poco a una pared que entra y sale de la página. La raya ondulada, en cambio, sugiere sombras.
“¿Por qué vemos esquinas en lugar de curvas? Es solo una hipótesis, pero podría deberse a que los seres humanos nos hemos adaptado a la geometría dominante en nuestro entorno físico en el mundo moderno. Nuestros ojos y nuestro cerebro han evolucionado para detectar esquinas con más eficiencia que curvas”, afirma el autor.
Esta competencia desequilibrada sería “coherente”, dice el estudio, con una investigación previa realizada en 2012 y centrada en la adaptación de la forma. “Ese análisis demostró que la adaptación a un círculo (es decir, curvatura baja) induce la imagen posterior de un hexágono (es decir, esquina obtusa)”, apunta.
Kohske Takahashi, que está especializado en psicología cognitiva y ciencia cognitiva,ha realizado diversas investigaciones intercultural en todo el mundo vinculadas a la percepción de la comida, la animación y la realidad virtual.
La Vanguardia
1/01/2018