Los pacientes con esclerosis múltiple suelen sufrir problemas de disfagia, es decir, alteraciones en el habla, por lo que la intervención logopédica "debería de ser más temprana de lo habitual", ya que "si se realiza un tratamiento cuando los daños son más leves, el pronóstico de la enfermedad va a ser mucho mejor", según la logopeda de la Fundación Esclerosis Múltiple de Madrid (FEMM) y miembro del Colegio Profesional de Logopedas de Madrid (CPLCM), Celia Delgado.
Según explica esta especialista, en marco del Día Nacional de la Esclerosis Múltiple, que se celebra este lunes, los pacientes pueden sufrir disartrias, que son alteraciones de la articulación de la voz debido a la afectación sensitiva o motora de la musculatura orolinguofacial, lo que produce un habla distorsionada y "más difícil de entender".
Asimismo, puede tener disfonías o dificultades en la capacidad respiratoria, lo que va a provocar que "la voz suene más débil, las frases sean más cortas y que la fatiga durante el discurso sea mayor", así como problemas para construir el discurso y evocar palabras.
Por ello, la logopedia puede dar "calidad de vida a estos pacientes", pues "sostiene que siguiendo unas pautas y con tratamiento rehabilitador se consigue manejar la disfagia sin llegar a grandes complicaciones, retrasando o eliminando, en algunos casos, la necesidad de realizar una adaptación en la dieta".
De igual modo, a través del trabajo deglutorio, "se va a conseguir un adecuado aporte de nutrientes e hidratación, disminuir el riesgo de infecciones respiratorias. Por tanto, habrá menor progreso de la enfermedad y la calidad de vida será mayor", indica.
En lo referente al habla y lenguaje, el "tratamiento logopédico logra que la comunicación del paciente con su familia y el entorno sea más óptima" y, si el tratamiento es continuo, que exista una barrera de protección que genere mantenimiento en esta área".
Además, puntualiza la logopeda que, al mejorar la comunicación, "se conseguirá disminuir la dependencia del entorno, se logrará mayor interacción con el mismo y, por tanto, la autoestima y el bienestar serán mayores".
Por otro lado, esta es una enfermedad crónica del sistema neurológico que afecta en España a 47.000 personas, 6.500 de las cuales residen en la Comunidad de Madrid.
También, es común en mujeres y que suele debutar entre los 20 y los 40 años, puede provocar síntomas de distinta índole, como fatiga, trastornos visuales, problemas de equilibrio y coordinación, alteraciones de la sensibilidad, problemas de vejiga, alteraciones del habla o problemas para tragar los alimentos (disfagia).
ncuatro
18/12/2017