Tener 70 años y comunicarse por 'whatsapp' con los hijos y nietos ya no es una utopía. Cada vez son más las personas de la tercera edad que apuestan por las nuevas tecnologías para mantener el contacto con sus seres queridos, divertirse e incluso informarse. Según un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 45% de los aragoneses de entre 65 y 75 años aseguran que han utilizado el ordenador en los últimos tres meses. Esto supone un importante incremento si tenemos en cuenta que hace una década esta cifra apenas llegaba al 12% y que en 2014 todavía se situaba en el 22,1%.

“Poco a poco, los mayores se van adaptando a las nuevas tecnologías, aunque todavía existe una importante brecha digital”, recuerda María Luisa García, representante de la Comisión de Mayores de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ). De hecho, recalca que los más jóvenes, entre los 65 y 75 años, son mucho más proclives a utilizar el ordenador, el móvil e incluso internet. “Muchos de ellos ya lo han hecho en sus puestos de trabajo o como parte de su vida cotidiana, por lo que estos aparatos ya no son unos desconocidos. La diferencia radica a partir de los 75 años, cuando cada vez son menos los que están familiarizados con estos dispositivos”, recalca. No obstante, recuerda que “una vez que prueban las nuevas tecnologías, están encantados con las posibilidades que les ofrecen”.

La mayoría utilizan los ordenadores para entretenerse con algún juego, como puede ser el solitario, o para buscar información. "Empiezan a buscar una cosa por la que tienen curiosidad y de una página pasan a otra. Así hasta que es la hora de la cena. Entonces te dicen: 'Pero si se me ha pasado la tarde en un momento'”, subraya García. Asimismo, explica que 'Skype' es otra de sus aplicaciones favoritas: “Es todo un descubrimiento para ellos, ya que pueden hablar con los hijos o nietos cuando estudian o trabajan en el extranjero. En algunos casos les permite recuperar el contacto con familiares que no veían desde hacía años”. Sin embargo, casi siempre necesitan a una persona a su lado para que les oriente o, en su defecto, tener apuntados los pasos que deben seguir para establecer la comunicación. “Si alguno falla, generalmente ya no saben cómo solucionarlo”, reconoce García.

Los aragoneses mayores de 65 años también utilizan internet para comprar. Esta situación se da en un grupo muy concreto, especialmente, aquellas personas que ya utilizaban de manera cotidiana las nuevas tecnologías antes de jubilarse. Según los datos publicados por el INE, casi el 14% de los aragoneses de entre 65 y 75 años aseguran haber comprado a través de internet en los últimos tres meses. Esto supone la cifra más elevada de la historia, ya que hasta hace tres o cuatro años rara vez se superaba el 3%. “Son actividades más complejas, por lo que se necesita un dominio completo del ordenador y de internet”, puntualiza García.

El móvil, más integrado

Por el contrario, el teléfono móvil está más integrado en el día a día de las personas mayores. Casi el 90% de los encuestados afirman que han utilizado este dispositivo en los últimos meses, por el contrario, hace una década, esta cifra se reducía a la mitad de la población. “El móvil lo ven como algo más normal y la mayoría lo utiliza solo para llamadas; como el fijo pero con la ventaja de poder llevarlo de un sitio a otro. No obstante, también hay quien está aprendido a utilizar el 'whatsapp' y otras aplicaciones de mensajería”, añade García. De hecho, muchos le explican que se lo ha instalado su nieto y que se lo ha preparado para que simplemente escriba y le de a enviar. “Cuando descubren cómo funciona se muestran contentos y asombrados”, sostiene.

Una de las razones por las que la mayoría de las personas mayores utilizan el móvil es la seguridad. “Muchos te dicen que lo llevan porque sus hijos o su mujer no les dejan salir de casa sin él. La razón es que así pueden contactar con ellos con mayor facilidad y viceversa”, subraya. En estos casos, suelen apostar por móviles sencillos, con la pantalla y las teclas de gran tamaño. “Ha costado que se mentalizaran, pero ahora casi todos los que siguen viviendo solos lo utilizan. Cargar este dispositivo se ha convertido en una rutina más”, puntualiza.

Heraldo
11/11/2017