La disfagia, dificultad para tragar, afecta a dos millones de españoles, aunque sólo un 10% están correctamente diagnosticados y tratados, ha advertido el presidente de la European Society for Swallowing Disorders (ESSD), Pere Clavé, en la presentación del primer Congreso Mundial sobre Disfagia que se celebrará a partir del viernes en Barcelona.

Clavé, que también es el secretario de la Fundación de Investigación en Gastroenterología (Furega) y director de Investigación del Hospital de Mataró (Barcelona), ha avanzado que serán un millar de médicos los que asistirán al congreso para debatir sobre esta enfermedad que aumentará su prevalencia en los próximos años con el envejecimiento de la población

Durante el Congreso, los principales especialistas en disfagia del mundo compartirán sus experiencias profesionales y hablarán de las nuevas herramientas de diagnóstico y procedimientos, la adaptación de la alimentación, los estándares mínimos de cuidados para los pacientes y de la epidemiología.

La disfagia orofaríngea (DO) es una alteración asociada a la dificultad o molestia de deglutir (tragar) y que puede ocasionar graves complicaciones nutricionales y respiratorias a los pacientes.

Normalmente se da en personas que han sufrido un ictus (más del 45%) y en personas que tienen enfermedades neurológicas progresivas como Parkinson, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), demencia o distrofia muscular.

Es también una enfermedad frecuente en la tercera edad, ya que en los próximos años se calcula que la sufrirán la mitad de las personas que lleguen a los 70 años de edad.

Según Clavé, la falta de detección y de conocimientos sobre la enfermedad hace que, muchas veces, no se actúe y no se modifique la consistencia de los alimentos y bebidas que debe tomar el enfermo, lo que se denomina una dieta adaptada en viscosidad, textura, aporte calórico y proteico.

Clavé ha destacado la importancia de este hecho, ya que "uno de los principales problemas de estos pacientes es la desnutrición y deshidratación. El enfermo deja de comer o bien porque no puede, al no tener la comida la textura y la viscosidad adecuadas, o bien porque pierde el interés porque los platos son repetitivos y poco sabrosos".

Para hablar de la forma de hacer la comida atractiva, el congreso tiene prevista la celebración de unos talleres de cocina abiertos al público y gratuitos, que tendrán lugar los días 21, 22 y 23 en el Palacio de Congresos de Cataluña.

Los talleres, organizados por la Fundación de Investigación en Gastroenterología (Furega) con la participación de la Fundación Alicia y Gastronomía Nutricional (GAN), contarán con la colaboración de los chefs Carme Ruscalleda y Fermí Puig.

Ruscalleda ha destacado: "La comida es ilusión y fantasía. Tenemos que trabajar para que las personas que sufren este trastorno recuperen las ganas de comer con platos adaptados pero atractivos".

Por su parte, Fermí Puig ha señalado: "Nuestra alta cocina ha sido revolucionaria en modificar texturas y colores. Ponemos ahora toda esta técnica también al servicio de la salud".

La Vanguardia
17/10/2017