La asociación segoviana lamenta que queda mucho camino que recorrer en las discapacidades intelectuales Las empresas no suelen reservar el 2% para personas con alguna minusvalía.

Juan y Pedro son dos jóvenes segovianos «normales». Así quieren que se les vea, a pesar de que los ojos de la sociedad muchas veces les mira distintos, incluso les retira la mirada. Es una forma de decir que todavía queda mucho camino para que la integración de las personas que sufren el Síndrome de Down sea total y real.

Así lo afirma Rafael Egido, presidente de la asociación segoviana que agrupa a afectados y familiares por esta discapacidad intelectual. En la actualidad, esta entidad atiende a unas cuarenta familias de la provincia, aunque el responsable apunta que existen más asociados y colaboradores.

La inserción laboral es uno de los grandes desafíos de este colectivo. La diferencia cronológica entre la edad real y la edad madurativa de estas personas con Síndrome de Down retrae las contrataciones de estos discapacitados, que fraguan su futuro en talleres ocupacionales.

Las estimaciones de Egido a la hora de evaluar la inserción en el mercado laboral de este colectivo tiran muy a la baja. De hecho, considera que, en el ámbito nacional, solo el 2% logra emplearse en algún trabajo. Al presidente de la asociación no le consta que haya algún afectado por esta patología que esté contratado en la capital segoviana.

Rafael Egido reconoce que hay «proyectos eventuales, pero sobre todo dirigidos al ámbito de la formación». Ahí están los ejemplos ocasionales que se dan en Segovia, como el Ayuntamiento de la capital o la Fundación Cándido.

Norte de Castilla
6/02/2006