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ANTONIO CLEMENTE PTE. COLEGIO DE LOGOPEDAS DEL PAÍS VASCO
Ustedes, los logopedas no tenían ninguna constancia sobre este decreto de residencias.
-No. Yo recibí la llamada de un funcionario comentándome que salía el decreto de residencias de mayores y que no estábamos en los perfiles profesionales. Aunque hace un año la Diputación nos pidió documentación de por qué debían existir logopedas en geriatría. En la información aportada les explicábamos que el logopeda es el profesional preparado específicamente para tratar las alteraciones del lenguaje y la comunicación en cualquier edad de la vida. Y también para tratar las funciones orales no verbales entre las cuales están incluidas los problemas de la deglución que puede hacer de la vida algo muy triste.
Sin embargo, se elabora un decreto y no han podido ni alegar.
-No porque ya había pasado el plazo. Somos una corporación de derecho público y defendemos no solo los intereses de los logopedas sino también de los usuarios de la logopedia como son los mayores que sufren, a medida que pasan los años, cada vez más deterioro cognitivo, y más dificultades de comunicación y lenguaje. Ese empobrecimiento provoca que el anciano se aísle y conlleva decaimiento y todo eso lleva a que acaben sus días de una manera muy precaria.
Pero ese no es el único problema en el que pueden ayudar a los más mayores.
-No. También ayudamos en la disfagia, la dificultad para tragar alimentos, para deglutir, que afecta al 50% de los residentes en los geriátricos.
Ustedes también tratan a las personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares.
-Sí. En el País Vasco hay más de 15.000 casos de ictus. La mitad de ellos también tienen disfagia y la mitad de ellos, dicen los médicos, va a contraer una neumonía por aspiración. Y también, según los médicos, el 50% de los que la adquieren va a fallecer. Pero podemos ayudar a estas personas porque tenemos que vivir con confort. Y se supone que en una residencia la persona lo va tener pero está claro que falta el capítulo de la logopedia.
A pesar de ser unos profesionales básicos para abordar estos trastornos, parecen un artículo de lujo.
-Yo creo que se nos ha olvidado, más bien, por desconocimiento. No entiendo que nuestras autoridades no lo hayan contemplado aunque quizá se deba a que no estén bien asesoradas y eso que en el Estado hay expertos muy competentes en esta materia. Por ejemplo, el presidente del comité europeo de la disfagia es catalán, Pera Clavé. Osakidetza tiene unidades de disfagia. En Gorliz hay una muy buena y mientras estás ingresado te están atendiendo pero después .... se acabó el seguimiento. Si no se contemplan aspectos como éstos en el decreto, luego las cosas tienen difícil arreglo.
El modelo de atención tiene necesariamente que cambiar en una sociedad donde la población está cada vez más envejecida.
-Por supuesto, el número de mayores no deja de crecer y va a seguir haciéndolo. Y yo, desde luego, cuando llegue el momento de ir a una residencia, quiero ir a un centro en el que haya logopedas. No quiero quedarme aislado sin posibilidad de comunicarme con la gente, pudiéndolo evitar. Y también quiero que las comidas sean gratificantes y no sean un suplicio.
¡Claro! ¡Qué me va a decir usted desde su condición de logopeda!
-Precisamente porque conozco la labor del logopeda quiero a estos profesionales, por mi propio bien. Aunque podríamos incluso hablar de los costes económicos porque los gastos médicos descenderían notablemente con un buen tratamiento de la disfagia ya que consigue disminuir la hospitalización.
Noticias de Álava
22/07/2017