Las personas que sufren algún tipo de demencia necesitan asistencia y apoyo, pero existe un colectivo que ya ha empezado a evidenciar muestras de un cierto deterioro cognitivo aunque aún no han desarrollado la enfermedad, que si bien no son dependientes, podrían poner freno al avance de dicho deterioro mediante una intervención que no siempre está al alcance de todos los afectados. Es en este contexto que adquiere especial relevancia la acción de la Asociación de familiares de personas con Alzheimer y otras demencias de Muro y comarca, en Alicante, a través de su programa «Actívate. Estimulación Integral para las personas con deteriorio cognitivo leve», que se puso en marcha en 2015 y que cuenta con el impulso de Obra Social La Caixa.

«Se trata de un proyecto de intervención dirigido a personas que tienen un deterioro cognitivo leve diagnosticado, que en un futuro puede evolucionar o no a demencia, las cuales no tienen un tratamiento farmacológico a su disposición porque no existe, pero pueden hacer una serie de ejercicios destinados a activar sus capacidades cognitivas», señala Susana Mollá, psicóloga de la Asociación, quien destaca que «en nuestra zona, que es muy rural, éste es un colectivo muy olvidado, ya que no dispone de una atención a un precio asequible a menos de 100 kilómetros». Así pues, el proyecto desarrollado por esta entidad pretende ofrecer a estas personas un servicio que les permita mantener sus capacidades residuales, estimularlas, y frenar así el avance del deterioro cognitivo, proviniendo así la discapacidad y la dependencia.

Con dicho fin, el programa Actívate trabaja sobre tres aspectos esenciales como son el cognitivo, el funcional y la logopedia. Para abordar el primero de ellos, se ofrece a los usuarios sesiones individuales de 45 minutos dirigidas por un terapeuta ocupacional durante las cuales se realizan ejercicios de estimulación cognitiva a través del software Smartbrain. «En estas sesiones se trabaja con ordenadores de pantalla táctil, lo cual facilita la adhesión de los usuarios a los ejercicios», comenta Susana Mollá. En cuanto al trabajo en el aspecto funcional, éste se concreta en sesiones grupales de 45 minutos dirigidas por un fisioterapeuta, en las que la principal herramienta es una consola Wii. «Los usuarios interaccionan con los elementos de la consola para potenciar su equilibrio, movimiento, coordinación...», señala la doctora, quien explica que «en lo referente a las sesiones de logopedia, éstas están dirigidas a evitar que las personas con deterioro cognitivo leve pierdan la capacidad de comunicarse», tienen una hora de duración y se realizan de forma individual.

Así pues, semanalmente, la decena de usuarios del programa llevan a cabo de lunes a viernes dos horas y media de actividades destinadas a frenar su enfermedad, con un coste de 115 euros. «Gracias a esta intervención, en un 80% de los afectados se logra mantener sus capacidades cognitivas», indica Susana Mollá.

La Razón
12/07/2017