Contar un cuento con el lenguaje de las señas debe ser una tarea compleja, pero toparse con que uno de los personajes es Tláloc o que la escena se desarrolla en Teotihuacán parece imposible de traducir... pero no lo es.
Cuando la maestra Sandra Márquez se enfrentó a obstáculos como éste, emprendió la tarea de traducir términos no convencionales en este código, pero equivalentes con conceptos como "dios de la lluvia" y "ciudad de los dioses".
Sólo así ha podido cumplir con un cometido aún más trascendente: dar a conocer relatos mexicanos a niños pequeños con discapacidad auditiva.
Esto no es cosa menor, pues el ejercicio no sólo sirve a los menores en términos del simple placer de la lectura, sino que los ayuda a comprender y comunicar correctamente términos que son parte de su entorno cotidiano.
"Parte de la dificultad de la comunicación es la traducción exacta del español al lenguaje de señas; hay algunos términos que no tienen señas exactas, pero se puede describir lo que está sucediendo o deletrear la palabra", explicó.
Y es que no existe una convención general en los términos a utilizarse, no sólo entre países sino en regiones de una misma nación, como es el caso de México.
"Todo depende de las influencias que tengas en el lugar dónde vives", dice Márquez, "en inglés, la familia significa un círculo de unión; en español, el mismo concepto va más ligado con la sangre que llevamos en las venas".
Incluso cada comunidad, como se hacen llamar los grupos de sordos, posee señas particulares que dependen más del contexto del lugar donde se encuentren que de su construcción gramatical.
En Toluca, por ejemplo, la traducción de Museo de Arte Moderno es "el lugar del platillo volador" y la de Cosmovitral es "el lugar donde se abren los colores".
Otro ejemplo es que al pan al que aquí se conoce como "telera", en Veracruz se le dice "micha", y el mismo objeto se expresa con señas diferentes, propias de cada región.
"Cada estado tiene un común de alrededor de 85 por ciento en sus señas", calculó la maestra, cuya titánica labor está aún lejos de terminar.
"Es necesario que este lenguaje uniforme se popularice en todo el País para tener una mejor comunicación", anhela.
reforma.com
27/01/2006