Es común que los padres no presten especial atención a ciertos problemas de padecen los hijos, entre estos está el provocado por la dislexia, que hace que los niños escriban mal algunas palabras o no les den el sentido correcto cuando las escuchan.

En numerosos casos los pequeños son vistos como personas distraídas o rebeldes, y son reprendidos, cuando lo que necesitan es ser tratados médicamente.

Especialistas en ese campo médico dicen que en este regreso a clases -y en cualquier otro momento- los padres de niños en edad escolar deben estar atentos ante potenciales signos de dislexia, padecimiento que se manifiesta principalmente con la confusión de letras al leer o al escribir.

Hay pequeños que escriben la "b" por la "d" o viceversa, además de que tienen dificultad para atender o seguir instrucciones e incluso recordar lo que se les acaba de decir.

En caso de no dar un tratamiento oportuno el problema rebasará el campo del aprendizaje y tendrá repercusiones sicológicas, explica el doctor Jaime Ruiz Chávez, del servicio de Neurología Pediátrica del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza.

Señala que estos trastornos provocan autoestima baja y llevan al menor a sufrir conflictos de conducta y aprovechamiento en la escuela, y a la larga pueden generar depresión, consumo de drogas e incluso asociación a pandillas.

De acuerdo con datos del médico del IMSS, alrededor de 17% de los niños de primaria padecen dislexia.

Según el doctor Ruiz Chávez, 60% de estas tienen un origen hereditario y la padecen más los varones que las mujeres, en una proporción de cuatro a uno.

Ver y entender

Ruiz Chávez destaca que un estudiante que vive con este trastorno neurológico puede manifestar problemas de coordinación, es decir, disfunción cuando camina, al hacer deporte, realizar actividades manuales, incluso al amarrarse las agujetas. Una llamada de alerta puede ser la manera contínua en que extravíe objetos personales.

El especialista del IMSS señala que la detección temprana de esta enfermedad, sobre todo en la etapa de educación preescolar y primaria, permite brindar un tratamiento multidisciplinario al paciente, enfocado a mejorar dichos trastornos. Por desgracia se diagnostica un poco tarde (a los nueve años, en promedio), lo cual dificulta la terapia.

"Si los padres notan que su hijo padece alguno de los trastornos mencionados o hiperactividad, distracción frecuente, falta de atención, que sean temerarios y no midan el peligro, deben acudir al médico, porque la dislexia se asocia con frecuencia al Trastorno por Déficit de Atención (TDA), lo cual es una complicación que dificulta aún más la solución al problema", advierte.

La escuela es muy importante, porque en muchos de los casos quien detecta una posible dislexia es el profesor, por lo cual el doctor del IMSS recomienda a los padres escuchar con atención a los profesores en el caso de que hayan encontrado problemas en el desarrollo escolar de su hijo.

Los padres deben comprender que se trata de una enfermedad. No pensar que el pequeño "tiene la culpa" o que puede controlar los desórdenes del comportamiento que lo aquejan, ya que como en el caso del TDA, existe un trastorno a nivel de neurotransmisores, o sea, una dificultad del sistema nervioso que afecta la captación, elaboración o comunicación de información, puntualiza el especialista médico.

Y menciona que no es un asunto sólo de niños, pues también los adultos pueden padecerla. Es más común que sea provocada por algún traumatismo, neoplasia o vasculitis; y ellos requerirán de terapia y sobre todo de apoyo sicológico.

el Universal
25/01/2006