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En contra de lo que se creía hasta ahora, un cerebro grande no es esencial para el aprendizaje
Científicos británicos han comprobado por primera vez la existencia de un sistema de enseñanza formal en el mundo animal. Las hormigas que conocen una ruta hacia el alimento señalan a otras el camino a seguir y esperan por ellas para que puedan memorizar la ruta. Sólo avanzan cuando las aprendizas señalan con golpes de sus patas que han aprendido la lección. Este descubrimiento señala que el desarrollo de aptitudes de enseñanza en cualquier especie depende más de la importancia de la información a transmitir que del tamaño del cerebro.
Ciertas especies de hormigas utilizan una determinada técnica conocida como tandem-running para enseñar a sus congéneres el camino desde el nido hasta la comida. Las señales que emite la primera hormiga o “guía” dirigen tanto la velocidad como la dirección en la que la segunda debe moverse. Este descubrimiento supone la primera demostración de enseñanza formal reconocida en el mundo animal.
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Marta Morales
Tendencia 21
23/01/2006