La pérdida de uno o varios sentidos suele agudizar el resto por una cuestión de pura supervivencia. Un estudio de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) ofrece nuevas pruebas de esta verdad de la naturaleza. Los autores del trabajo han descubierto que utilizar el lenguaje de signos tiene consecuencias positivas para el cerebro tanto de las personas con una sordera total o parcial como para las que oyen sin dificultad.
A menor oído, mejor visión
Los científicos de la Unidad Académica de Oftalmología y Ortóptica de la universidad británica han demostrado que los adultos oyentes que aprenden un lenguaje como el de signos, que implica gestos y una percepción visual y del espacio, mejoran en su respuesta a los estímulos de su campo visual, algo que resulta muy útil al conducir o al practicar numerosos deportes.
Además, la investigación ha probado que los adultos sordos tienen mejor visión periférica y tiempos de reacción más rápidos que los oyentes.
Según la doctora Charlotte Codina, directora del trabajo, "esto demuestra que las personas sordas poseen una excepcional capacidad visual que los oyentes no disfrutan, y aporta nuevas pruebas sobre la realidad de la compensación sensorial. Hemos comprobado que los sordos extienden su campo periférico de visión más allá de lo que logra la gente con una audición normal".
La Confederación Estatal de Personas Sordas estima que en España hay alrededor de un millón de personas con algún tipo de discapacidad auditiva. Para un gran número de ellas, el lenguaje de signos es su lengua materna, y su segundo idioma la lengua oral y escrita.
Muy Interesante
29/05/2017