!-- Google tag (gtag.js) -->
Muchos padres que se dan cuenta de que sus hijos tartamudean o no dicen bien una determinada palabra acuden a los profesores, quienes les recomiendan acudir a un logopeda.
Y entonces aparecen algunas dudas...¿qué hace un logopeda?La logopedia sigue siendo una gran incógnita para muchas personas, se desconocen sus funciones y los tratamientos que se ofrecen; especialmente para los más pequeños de la casa.
Trastornos del lenguaje, tanto oral como escrito, habla, voz, comunicación... El objetivo principal es rehabilitar de manera temprana cualquier aspecto alterado de la comunicación.
Es importante destacar que, cuando el lenguaje infantil está en desarrollo, no hay que hacer comparaciones con otros niños, cada uno lleva su propio ritmo, y no por ello debe considerarse patológico. En ocasiones, y sin intervención, el aparente problema desaparecerá.
El lenguaje se considera normal cuando su uso es preciso en las palabras que se utilizan según su significado, el niño presenta un vocabulario adecuado a su edad, articula bien, con un ritmo adecuado y una entonación apropiada.
Pero ¿qué pasa cuando esto no es así?
Algunas de las dificultades que nos solemos encontrar en la Clínica Casaverde, son los trastornos del habla del niño, estos pueden ser dislalias o dificultad para poder pronunciar sonidos, disglosia, que son los trastornos en la articulación debido a un problema o malformación en labios, paladar,... y disfemia, más conocida como tartamudez o dificultad en la fluidez del habla.
En cuanto a los trastornos del lenguaje podemos encontrarnos con dificultades en la comprensión y problemas en la expresión.Por ejemplo, hacer un uso inadecuado de las palabras, no comprender órdenes complejas, dificultad para mantener una conversación, etc.
También puede haber un mutismo selectivo, que se da cuando un niño no quiere hablar ante determinadas situaciones o personas.Además de trastornos del lenguaje oral puede haber trastornos del lenguaje escrito como son la dislexia, que es la dificultad en el aprendizaje de la lectura y escritura, la disgrafía, trastorno funcional que afecta a la calidad de la caligrafía, y la disortografía, problema específico de la escritura, donde se da una sustitución u omisión de letras, pero no se produce en la lectura.
Cuando se observa que los pequeños no comprenden o no se expresan de forma apropiada para su edad, no gesticulan, no se relacionan o no hablan como el resto de los niños, se aconseja consultar cuanto antes a un logopeda.
Éste hará una evaluación exhaustiva de los componentes del lenguaje, resolverá todas las dudas y dirá que es lo más aconsejable. Una detección e intervención temprana son, sin duda, la mayor garantía de éxito.
Por último, y no menos importante, es esencial controlar el entorno del niño, ya que es donde pasa la mayor parte del tiempo.
Hay que fomentar que se pueda desarrollar de forma adecuada, con un ambiente estimulante y apropiado para su aprendizaje ya que un ambiente con poca estimulación, frenaría o ralentizaría el desarrollo del niño.
El Mundo
5/05/2017