La realidad navega en un móvil. Es difícil entender nuestro mundo sin el pequeño ordenador que llevamos en el bolsillo y, claro, hay a quien se le va la mano y hace del uso de esta herramienta de comunicación una adicción. El Gobierno regional ha detectado, según explica un portavoz de la Comunidad, una bolsa de adolescentes que no se despega del aparato hasta el punto de convertirse en una enfermedad, una adicción.
Por ello, la Consejería de Servicios Sociales licitará en las próximas semanas el primer Servicio Psicopedagógico de Intervención Especializada a Adolescentes y a sus familias, según confirmaron desde el Gobierno regional. La idea es que esté en funcionamiento a comienzos de 2018.
Se trata de un servicio que contará con 200 plazas de atención de día para adolescentes de edades comprendidas entre los 12 y los 17 años. Es decir, que el tratamiento es ambulatorio, no residencial.
La licitación se va a sacar a través de la Dirección General de la Familia y el Menor y se trata de un servicio psicopedagógico de «intervención especializada a adolescentes y a sus familias», señala. El objetivo, explica, es ofrecer, mediante técnicas de terapia grupal combinada con sesiones individuales de evaluación y atención específica y actividades de sensibilización y formación, un servicio especializado de asesoramiento, «intervención psicopedagógica y prevención, a adolescentes con conductas de uso inadecuado, abuso y/o dependencia de las nuevas tecnologías, así como a sus familias».
Concretamente, se trata del desarrollo de actividades formativas y divulgativas dirigidas a familias interesadas en adquirir conocimientos y habilidades sobre conductas de abuso y dependencia de las nuevas tecnologías de adolescentes, tengan o no a sus hijos tutelados. También se facilitará formación de este tipo a profesionales que trabajan con niños y adolescentes en la región.
Respecto a la atención, explican que teniendo en cuenta que los periodos de intervención con cada adolescente son variables, «es difícil ofrecer una estimación del número anual de adolescentes atendidos», aunque calculan que serán 200 plazas simultáneas. La idea es que cuando llegue un chaval un profesional le haga una evaluación. Posteriormente, se le incorporará a una grupo, de entre cinco y 15 menores, para recibir terapia dos veces a la semana. Luego, dependiendo de como responda al tratamiento se le aplicará uno u otro.
Habrá un seguimiento individualizado de la intervención con cada adolescente y se completará con la celebración de sesiones con la familia para devolverles la intervención facilitándoles una orientación y «el fortalecimiento del vínculo para lograr una mejor integración que facilite la superación de los problemas presentes y futuros». Específicamente, se intervendrá en el área comportamental (horarios, sueño, alimentación, higiene, afectivo-emocional, miedos, complejos e inseguridades); cognitiva (toma de decisiones, conflictos y valores) y social (identidad social, grupos de referencia, estereotipos y prejuicios).
Concretamente, se trata de atender a adolescentes que utilicen mal, el teléfono, mediante abuso y dependencia, tanto de forma activa o pasiva. También se evaluará el grado de pérdida de control y afección en la vida cotidiana. Finalmente, se analizará la incidencia en horarios, actividades escolares o laborales, higiene, o relaciones sociales, entre otros.
El Mundo
27/04/2017